Urriaren 12aren aurrean... Europa astinduz!

Dentro de la campana "Europa astinduz!", desde Askapena realizaremos una serie de diferentes actos, debates, charlas y proyecciones a lo largo y ancho de Hego Euskal Herria.

Comunicado de Askapena de inició a la campaña "Europa astinduz!"

Ver las actividades por ciudad y por días:

-7 de octubre en Bilbo

-7, 8 y 12 de octubre en Gasteiz

-10 de octubre en Pasai Donibane

- 4, 8 y 11 de octubre en la Sakana: Iturmendi, Etxarri-Aranatz y Altsasu

-9 de octubre en Zumaia

-10 de octubre en Pasai Donibane

-10 de octubre en Galdakao

-10 de octubre en Usansolo: Proyección del documental "Apaga y vamonos" en la Herriko Taberna a las 20 horas

-10 de octubre en Zizur (Iruñerria): Charla sobre Venezuela y proyección

Comunicado de Askapena:

Un 12 de octubre comenzó la conquista del territorio que va desde Tierra de Fuego hasta el Océano Atlántico y que trajo consigo el holocausto de al menos 70 millones de personas.

De las 375.000 lenguas que se estima que existían, hoy solo quedan alrededor de 600. 42 millones de metros cuadrados de tierra pasaron de manos de los pueblos y comunidades originarios a las de los impulsores del imperialismo europeo.

Se dice que los crímenes contra la humanidad no prescriben, pero el que comenzó el 12 de octubre de 1492 es un crimen nunca reconocido en la historia. Parece, por tanto, que el mayor ataque contra las personas, pueblos, culturas y diversidad cultural quedará sin pasar por la criba de la justicia.

Quienes se entregaron a la justa lucha de combatir para proteger su pueblo y su tierra, de pelear contra este ataque, murieron o, aquellos que quedaron vivos, fueron esclavizados y así continuó el robo de riquezas y tierras que fue y sigue siendo la base de todo un sistema, puesto que se trata de la raíz misma de esa maquinaria de sufrimiento y explotación llamada capitalismo.

La resistencia iniciada por los pueblos originarios en 1492 es una lucha que se prolonga hasta hoy y que el capitalismo no ha podido asimilar por completo.  Y gracias a ese caudal de resistencia, pueblos como el mapuche, quechua o aimara, entre otros, son pueblos con sus lenguas, culturas y cosmovisiones.

Podemos decir además, que la lucha de los pueblos originarios va en ascenso en los últimos veinte años ya que han crecido las reivindicaciones de territorios, lenguas y cosmovisiones. A pesar de que incluso les robaron el nombre de su territorio para llamarlo América, los pueblos originarios cada vez utilizan más el nombre kuna Abya Yala. Porque el nombre también es identidad.

Junto a la lucha de los pueblos originarios, con la creación de los nuevos Estados-nación y el surgimiento del capitalismo, comenzaron las luchas por la autodeterminación y por los derechos de los trabajadores, todas ellas atravesadas por las reivindicaciones del socialismo.

En este sentido, junto a los pueblos originarios, aún permanecen en pie, sin doblegarse y firmes contra el imperialismo europeo, las revoluciones de Cuba o de los sandinistas, la lucha iniciada por Bolívar y las luchas por una segunda y verdadera independencia.

Si en la época colonial el símbolo del poder imperial eran las carabelas, la herencia de aquel genocidio y robo de tierras ha quedado en manos de las transnacionales actuales. El mismo perro con distinto collar. Al fin y al cabo, son distintas formas de intervención para impulsar lo mismo: explotación de la mano de obra, expoliar los recursos naturales y aplastar cualquier intento de autodeterminación de los pueblos de Abya Yala.

En la década de los 90, junto al ascenso del neoliberalismo, las transnacionales, a través de la ayuda incondicional de los aparatos de represión de los estados y de las estructuras privadas, obligaron al pequeño agricultor a desplazarse de sus tierras convirtiéndose en dueño ilegal de las mismas, contaminando la tierra, el suelo y el agua, explotando a los trabajadores y dejándoles sin apenas derechos laborales ni sindicales.

Además de la explotación y el robo de los recursos naturales, hablamos de una destrucción de la identidad de pueblos y de las cosmovisiones, negando a los mismos el derecho a ser y a llevar a cabo su organización comunitaria a su manera.

Las luchas de los pueblos originarios (como las de los mapuches o zapatistas) o las de los agricultores colombianos, brasileños o paraguayos, por mencionar tan solo algunos, tienen como enemigos a las transnacionales europeas, en gran medida españolas (Banco Santander, Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa...). Pero a estas transnacionales les es imposible llevar a cabo está destrucción y robo sin el protagonismo del estado español y de la Unión Europea.

Así, en este aniversario del 12 de octubre, Askapena hace un llamamiento para seguir mostrando nuestra solidaridad y dando apoyo a los pueblos originarios y a los pueblos que luchan por una segunda y verdadera independencia y a que denunciemos firmemente y hagamos frente, allí y aquí, a las transnacionales europeas que son las principales culpables de esta práctica imperialista.

Hamaika herri borroka bakarra