El Nacimiento de Askapena

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boga!

Siguiendo el esquema del trabajo de combinar bogas de actualidad con unos más "históricos", expondremos en este documento la coyuntura internacional y nacional en la que se enmarca el nacimiento, en 1987, de la organización internacionalista vasca Askapena.

Coyuntura internacional

 

Durante la década de los 80 se mantiene con toda crudeza la guerra fría en la que el imperialismo norteamericano va ganando terreno. Lenta pero implacablemente, va resquebrajando la unidad y la moral de lo que se entendía como Bloque Socialista. Neutralizada la repulsa mundial a los golpes militares en Latinoamérica, el imperialismo gestiona la nueva y favorable situación en los países "saneados" (Uruguay, Argentina, Chile). Durante esta etapa, el foco de confrontación imperialismo- antiimperialismo se traslada a Centroamérica. En esta zona se vive un proceso muy duro: el exultante idealismo de la década anterior tiene que medirse con la cruda realidad de un imperio que se empleará a fondo para acabar con los movimientos insurreccionales.

 

Nicaragua es un referente que provoca grandes simpatías a nivel mundial. En el ámbito de las relaciones internacionales, se aproxima al Movimiento de Países no Alineados. Para los movimientos revolucionarios de El Salvador, Guatemala y, en menor medida, Honduras, es un aliciente y un respaldo. Pare el pueblo y el gobierno cubanos, un nuevo espacio libre al que había que apoyar para que se consolidara el gobierno sandinista. Para el pueblo nicaragüense, la oportunidad de materializar los muchos sueños que abrigaron durante los años de guerra contra Somoza. Para el imperialismo, liderado por Washington, un frente virulento y amenazante que había que liquidar.

 

El 23 de enero de 1981, a los 10 días de iniciar su mandato, Reagan cancela la entrega de los últimos quince millones de dólares de un préstamo pendiente. Es la primera medida contranicaragüense de carácter económico a la que le seguirán otras: el 10 de febrero cancela la compra de 60.000 toneladas de trigo, el 1 de abril corta todos los créditos a Nicaragua y en 1982 veta los préstamos de otras instituciones financieras que controlaba. El bloqueo económico es el primer paso de la política agresiva por la que apuesta la nueva administración. En 1981, Nicaragua se ve abocada a otra guerra promovida desde el exterior. Muchos miembros de la ex Guardia Nacional, reforzados por mercenarios, se organizan como ejército "contra" en las fronteras de Honduras y, desde ahí, emprenden un acoso militar al incipiente proceso revolucionario. La población civil, las cooperativas campesinas, los transportes y escuelas son blanco de estos ataques. El nuevo gobierno tiene que desviar recursos que no tiene para reparar los destrozos que ocasionan los sabotajes de la contra. Y, además, se ve obligado a adoptar medidas muy impopulares: imponer el Servicio Militar Obligatorio para incrementar el contingente del Ejercito Popular Sandinista. También tiene muy mal encaje el traslado de 42 comunidades de miskitos a un asentamiento conocido como Tasba Pri.

 

El malestar que genera este tipo de medidas es aprovechado por los sectores de la contra política -muy destacado el papel de la iglesia- que los utilizan para deslegitimar al Frente Sandinista y restarle la base social. A medida que se va materializando el proyecto surgen continuas tensiones tanto con el empresariado como con organizaciones y grupos de izquierda. Los primeros consideran que la revolución se ha marxistizado, los segundos, que se ha descafeinado. Nunca se recondujeron estas diferencias, más al contrario, se fueron agudizando. En las elecciones de 1990 el Frente Sandinista fue derrotado por una coalición que encabeza Violeta Chamorro. Pero estos datos quedan fuera del tiempo que contemplamos.

 

En Guatemala se producen durante esos años dos luchas simultáneas. Por uno lado, se vive una intensa lucha de poder entre los distintos sectores de de la oligarquía y el ejército. Por otro lado, se sigue desarrollando una lucha terrible de los aparatos del Estado contra el movimiento guerrillero. En 1982 toma el poder el militar Efraín Ríos Montt, el pastor evangélico sanguinario que llegó a decir respecto a los indígenas "si están de acuerdo con nosotros, que se unan y si no están de acuerdo con nosotros, hay que matarlos". Al comienzo de la década, la guerrilla contaba con 25.000 combatientes. Los norteamericanos dirigían la guerra y aplicaron en Guatemala métodos que habían ensayado en Vietnam: las patrullas de autodefensa civil (PAC), "polos de desarrollo", "aldeas modelo"... experiencias para separar a la población civil de los núcleos guerrilleros, aislarlos a estos privándolos del respaldo social con que contaban y así poder exterminarlos sin contemplaciones. La Conferencia Episcopal de Guatemala denunció la militarización de la vida civil y las masacres que se estaban cometiendo.

 

Dos años más tarde se produce un golpe militar mediante el cual Humberto Mejía desplaza a Ríos Montt. Se inicia un periodo constituyente, se celebran elecciones en base a la nueva Constitución aprobada en 1985; en enero de 1986 accede a la presidencia del país un civil, Vinicio Cerezo. La URNG concede una oportunidad al nuevo gobierno e interrumpe por un tiempo la actividad armada. En nuevo Gobierno exige a las organizaciones armadas que se desarmen para poder iniciar las conversaciones. Estas comprueban que no hay por parte del Gobierno verdadera voluntad negociadora. Esta impresión es confirmada posteriormente por un representante gubernamental "lo que llamábamos diálogo era un eufemismo para conseguir la desmovilización". La actividad armada se reanuda, el ejército se rearma, las conversaciones de paz continúan pero todo ello corresponde a un tiempo posterior al que estamos analizando.

 

El Salvador conoce una trayectoria insurreccional muy tortuosa. La ofensiva de 1981 que fue presentada como ofensiva final, fracasó. No se consiguió la insurrección generalizada que se esperaba. Se produjeron muchas bajas y se agudizaron las enormes diferencias que existían entre los grupos que conformaban el FMLN. Una de las expresiones más cruentas de estos desacuerdos fueron los asesinatos en 1983 de Ana María y de Marcial, cuadros muy significados del las FPL. El año siguiente, 1984, el Presidente Duarte abre un proceso de conversaciones con la guerrilla; se produjeron dos encuentros que no dieron el resultado apetecido pero que abrieron las perspectivas de una acuerdo de paz. Mientras se producen los primeros escarceos negociadores la guerra se mantiene con toda su crudeza. Varias ofensivas generales del FMLN confirman la incapacidad de derrotar militarmente a un ejército sostenido por el imperialismo. Se calcula en más de 1.000 millones de dólares, amen de asesores, material bélico... la ayuda que destinó Estados Unidos al ejército salvadoreño para mantener a raya la rebelión. En 1987 es el FMLN el que presenta una propuesta de paz condensada en 18 puntos. En 1989 el FMLN presenta en Washington su plataforma para negociar el final de la guerra. Hechos que trascienden el tiempo que estamos analizando.

 

Coyuntura nacional

 

El período comprendido entre el 1980-87 es muy clarificador en el panorama político vasco. De los partidos nacidos en la década anterior, alguno de ellos desaparece: Langile Abertzale Iraultzaileen Alderdia (LAIA) se disuelve en 1984; el Partido Comunista Vasco (EPK) y Euskal Iraultzarako Alderdia (EIA) acuerdan en 1981 su confluencia y reconversión en Euskadiko Ezkerra.

 

EMK nace en 1983 al desvincularse del Movimiento Comunista de España. Mantiene su dinámica de trabajo aunque ensaya varias fórmulas buscando buenos resultados electorales: participa en la coalición Auzolan (1983-86) para reconvertirse en Navarra en la organización Batzarre (desde 1987 hasta ahora). LKI participa también en distintas coaliciones electorales hasta que en 1991, lo mismo que EMK, se disuelven para dar lugar a Zutik.

 

El espacio político de la izquierda abertzale experimenta durante esos años un importante proceso de asentamiento. Herriko Alberdi Sozialista Iraultzailea (HASI) se ha consolidado (1983) como partido comprometido en el proyecto de la izquierda soberanista y está muy presente en las estructuras de Herri Batasuna. Langile Abertzaleen Batzordea (LAB) reconsidera su decisión anterior y en 1980 se reincorpora a KAS. En 1985, tras un intenso debate, se reafirma en la lucha frontal contra los enemigos de pueblo y de clase. Se produce un importante reforzamiento interno y una expansión continuada abriéndose, como espacio sindical, a las distintas luchas sectoriales. Desde 1980 la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS) queda estructurada como bloque dirigente de la revolución vasca. Dicho bloque cuenta con un colectivo armado (ETA), un movimiento de comités de lucha popular (ASK), un sindicato (LAB), una organización juvenil (Jarrai) y , desde 1988, un colectivo feminista (EGIZAN). En su manifiesto fundacional, KAS contempla el internacionalismo como uno de sus rasgos identitarios.

 

Simultáneamente, se va consolidando la coalición electoral Herri Batasuna (HB) que recoge el voto a favor de un proceso rupturista. En marzo de 1979, y a pesar de incluir personas presas en sus listas, obtiene un impensado éxito electoral. El conglomerado entendido como Movimiento de Liberación Nacional Vasca (MLNV) va adquiriendo una fortaleza que alarma al Estado. Este sujeto político supone un serio riesgo para su proyecto de transición sin cambios. En esta década la represión del Estado se va a cebar en los diferentes sectores del MLNV: atentados contra militantes y cargos de Herri Batasuna (1979-80), detenciones masivas de cargos electos (1981) múltiples procesos judiciales (1982), aparición del terrorismo de Estado, los Grupos Armados de Liberación (GAL), asesinato de Santi Brouard, secretario general de HASI (1984).

 

Los organismos y sectores sociales que conforman el Moviendo de Liberación Nacional Vasco no se dan por vencidos, por el contrario, se reafirman en su apuesta por la independencia y el socialismo. Hacen frente a la violenta represión del estado de diferentes formas: participación en procesos electorales con el lema "Luchamos para vencer" (1982), importantes movilizaciones con el lema "Soberanía Nacional y normalización democrática" (1983), encierros de protesta (catedral de Baiona) y huelga general (1984), campaña para desbloquear el aislamiento "Alegres y firmes en la lucha" (1985), campaña propia "Sí a Euskal Herria, no a la OTAN" (1986) que obtuvo en Hegoalde un rechazo masivo al ingreso, elecciones al Parlamento Europeo (1987) donde se obtuvo un diputado.

 

Durante los siete años a los que nos estamos refiriendo, se produce in proceso de organización de la izquierda vasca también en Iparralde. Nace Euskal Batasuna (EB) con una perspectiva similar a la de la izquierda soberanista de Hegoalde. Aunque no compartía la estrategia de la lucha armada, apuesta por la consecución de un marco territorial vasco respecto al Estado francés. Ezkerreko Mugimendu Abertzalea (EMA) surge en 1985; no consideraba necesario desmarcarse de la lucha armada para conseguir sus objetivos. En 1988, EB y EMA presentan listas conjuntas a diferentes comicios electorales de Iparralde. La organización armada Iparretarrak, permaneció silenciosa entre 1981 y 1983 pero reanudó su actividad armada a partir de ese año.

 

Dado el tema que nos ocupa, merece la pena incidir en la proyección y reconocimiento internacional que, durante esos años, va consiguiendo el Movimiento de Liberación Nacional Vasco. En la campaña que desarrolla en 1982 cuenta, entre otros, con el respaldo de Lola Grimau; se trata de la hija de Julián Grimau, dirigente del Partido Comunista de España y fusilado en 1963. Cuando hace su aparición el GAL (1984) se hace una recogida de firmas de adhesión a un documento "A los Pueblos y Naciones del Mundo"; las muchas firmas recogidas fueron entregadas al Presidente del Parlamento Europeo. La campaña que se desarrolló en 1985 "Alegres y firmes en la lucha" contó con significativas adhesiones de fuera de Euskal Herria: el secretario de CCOO del campo andaluz José Antonio Romero, el cantante Ramoncín, los periodistas Álvarez Solis y José Luís Morales... En las elecciones al Parlamento Europeo la Unidad Popular -HB- obtuvo en el Estado español el respaldo de 112.000 votos.

 

En esta línea de apertura a los escenarios internacionales, merece destacar la participación en la Conferencia de Naciones sin Estado de Europa (CONSEU). Esta iniciativa nace en Catalunya en 1980 para crear un marco europeo en defensa de las naciones sin Estado de Europa. La Unidad Popular -HB- participó activamente en un encuentro de París donde participaron numerosos grupos europeos. Este encuentro dio lugar a la Conferencia de Naciones Sin Estado de Europa Occidental (CONSEO) que celebró su primera Asamblea en Barcelona (1985) El intenso trabajo internacional del MLNV era evidente en los multitudinarios Aberri Eguna (día de la patria) de aquellos años a los cuales acudían amplias representaciones del ámbito internacional. También se consiguió el reconocimiento oficial del Frente Sandinista y de otras fuerzas revolucionarias.

 

El nacimiento de Askapena

 

La Coordinadora de Comités de Solidaridad de Euskadi desarrollo, desde su orígenes, un trabajo importante de concienciación, sensibilización y movilización. Fue abriendo una red de contactos con los medios de comunicación para hacerles llegar la información sobre los acontecimientos que consideraba de interés y la valoración sobre los mismos. En ocasiones distribuía la información de los Frentes y, en otras, era la propia Coordinadora la que ofrecía artículos de opinión suscritos por ella. Estuvo muy presente en la calle por medio de concentraciones, manifestaciones, carteles, murales, mesas de información y de venta de materiales de forma que la sociedad tuviera a su alcance una información objetiva. Inicialmente, era la propia Coordinadora la que promovía actos, exposiciones, proyecciones de carácter informativo... A medida que iba consolidándose el reconocimiento social, actuaba en respuesta a las numerosas demandas de actos públicos, charlas, mesas redondas organizadas por otros grupos y que requerían la presencia de algún miembro de la Coordinadora o de algún experto que ella pudiera facilitar. Dada la autoridad moral que le concedían las diferentes fuerzas políticas y sociales, la Coordinadora convocó en numerosas ocasiones unidades de acción para que las distintas organizaciones aunaran esfuerzos respecto a alguna iniciativa de solidaridad concreta.

 

Otra de sus labores fue la de acoger y abrir puertas a las diferentes delegaciones de los países en conflicto. Las organizaciones en lucha consideraban en aquel tiempo de gran interés las giras por Europa con la finalidad de trasladar información directa del proceso y también de recaban fondos. La Coordinadora ofrecía toda su infraestructura y contactos para que dichas giras obtuvieran el máximo resultado al menor costo posible.

 

El bloqueo económico que el imperialismo había impuesto al proceso sandinista obligó a derivar una gran cantidad de tiempo y esfuerzo para paliar las carencias económicas. Se promovieron campañas de recogida de los materiales más diversos respondiendo a las demandas que llegaban desde Nicaragua. Aunque se intentaba dar a estas campañas un componente político, actuábamos en ocasiones como organizaciones de beneficencia. Se estableció una red de envíos para hacer llegar estos materiales a sus destinatarios. Se promovió la presencia de brigadistas que acudieran a Centroamérica. Sobre todo a Nicaragua, para colaborar en la reconstrucción. Se trabajó en la línea de apoyo a proyectos concretos financiados desde la Coordinadora.

 

Aunque pudiera resultar paradójico, este trabajo solidario con Centroamérica dinamizó las relaciones de Euskal Herria con Europa. Por un lado, se establecieron contactos con otros grupos integrados en la Coordinadora Europea de Solidaridad con Nicaragua. Por otro lado, se aprovecharon los viajes de brigadas para reforzar estos contactos. También pudieron constatar los brigadistas vascos el rechazo de los brigadistas españoles a que viajaran como realidades nacionales diferenciadas. Durante aquellos años, y en contra de lo que suele creerse, no fue sólo Centroamérica -y menos aún Nicaragua- el único polo de referencia del internacionalismo vasco. También se abrió el horizonte hacia otros pueblos y otros procesos. La Coordinadora se convirtió en referente para los representantes de otros procesos que estaban afincados en el Estado y promovían redes de solidaridad: Pueblo kurdo, saharaui... Bastantes de las delegaciones que nos visitaban, por ideología o por falta de información, eran muy reacias a dar a la Coordinadora tratamiento de organización nacional. Buscaban el respaldo del PSOE -en el poder desde 1982- y sabían que las relaciones con los vascos de izquierda serían mal vistas en los ámbitos oficiales donde ellos buscaban apoyos. La Coordinadora mantuvo una relación estrecha con personas que desempeñaban algún grado de representación del MIR chileno y que se hacían presentes en Euskal Herria.

 

Este trabajo unitario e intenso no estuvo exento de contradicciones, alguna de ellas, insalvable. Progresivamente, y con distinto grado de aceptación por parte de la militancia, fue cambiando la caracterización de la Coordinadora definiéndose como organización nacional y diferente a la del Estado español. Por otro lado, las tensiones que se producían en los países centroamericanos tenían su reflejo en la Coordinadora: el Gobierno Sandinista concedía en Nicaragua un reconocimiento preferente al MLNV, y mantenía fuertes tensiones con grupos de izquierda de su país; grupos con los que se identificaban sectores integrados en la Coordinadora; cada vez era más intenso el debate ¿apoyamos al pueblo nicaragüense o al Gobierno sandinista como expresión más cualificada de ese pueblo? Otro tanto sucedían con el apoyo al FMLN. Las severas fracturas que se mantenían en su seno también se trasladaron a la Coordinadora; las diferentes delegaciones, tras una apariencia unitaria, aprovechaban las afinidades con determinados sectores de la Coordinadora para canalizar los apoyos con intencionalidad partidaria; incluso se produjeron intentos para crear una red solidaria paralela. Influyó también la rivalidad dentro de las distintas tendencias de la izquierda vasca para ganar referencialidad, las diferentes valoraciones respecto a la lucha armada en Euskal Herria. La interlocución preferente con los distintos Frente daba lugar a continuos recelos. Otro foco de fricciones eran los proyectos a apoyar; cada brigadista que regresaba y cada una de las tendencias incorporadas en la Coordinadora trataban de hacer valer la prioridad de sus proyectos. La débil dirección de la Coordinadora se veía desbordada por las iniciativas particulares que se promovían en su nombre y con las que todo el colectivo se veía comprometido.

 

Pero hubo un elemento que condujo a la Coordinadora a un callejón sin salida. Se trataba de una crisis de madurez y de identidad. En sus orígenes se había optado por una caracterización bastante genérica para salvaguardar la unidad entre la diferentes sensibilidades. Los años y el trabajo internacionalista realizado elevaron el nivel de conciencia de muchos de sus participantes. Se sentían parte de un pueblo que lucha de mil formas para conseguir la independencia y el socialismo. Concebían la relación con los Frentes de lucha desde experiencias afines; cada vez eran más las compañeras y compañeros que luchaban por una Euskal Herria soberana y socialista. Entendían el internacionalismo como uno de los rasgos fundamentales en la construcción nacional en la que se sentían implicados (varios militantes internacionalistas están hoy presos en las cárceles españolas y una compañera murió acribillada por la policía vasco española del PNV). Para todo este contingente militante -cada vez con más peso y presencia- la difusa caracterización de los Comités de Solidaridad les resultaba insuficiente.

 

Definitivamente, la Coordinadora de Comités de Solidaridad de Euskadi les quedaba corta. Reclamaban un movimiento internacionalista mucho más entroncado en el proceso de liberación nacional y social que vive nuestro pueblo. Por eso, y para eso, nació Askapena en octubre de 1987.