A 40 años del golpe militar contra el gobierno popular en Chile
Hoy, miercoles 11 de septiembre del 2013, cuarenta años han pasado desde que un golpe cívico militar liderado por las fuerzas armadas, la oligarquía chilena y el imperialismo yanqui destituyera al gobierno revolucionario de la Unidad Popular e instaurara el Terrorismo de Estado como modalidad de dominación.
Mediante detenciones masivas, desapariciones, torturas y fusilamientos se ponía fin a una experiencia donde por primera vez un gobierno de corte marxista, arraigado en los sectores populares de su país, llegaba al gobierno siguiendo los cauces electorales de la democracia burguesa.
40 años han pasado. Sí, pero el golpe de Estado mantiene una tesuda actualidad.
En primer lugar, porque los aparatos de Estado chilenos siguen saturados de fascismo como lo demuestran, entre otras cosas, la vigencia de la constitución pinochetista o la feroz y sistemática represión que sufren la militancia chilena y las comunidades mapuches.
En segundo lugar, porque este golpe además de cortar de raíz el proyecto transformador de la Unidad Popular, implementó a sangre y fuego, por primera vez en el planeta, lo que hoy en día es el pan de cada día no solamente de este país sino del capitalismo a nivel mundial: el neoliberalismo. Verdadera experiencia piloto antes de exportarlo a Estados Unidos de la mano de Reegan y a Europa de la mano de Thatcher, el chile postgolpe de Estado experimentó un brutal paquete de medidas económicas (desindustrialización, privatización, lliberalización financiera, flexibilización, etc.) creando niveles de pobreza y desigualdad que hoy día siguen caracterizando a este país andino y que explican el alto nivel de movilización popular que últimamente marcan su agenda política.
Finalmente, esta fecha es de innegable actualidad ya que tanto el imperialismo como las oligarquías locales siguen hoy en día manteniendo a raja tabla el mismo plan de desestabilización que culminó con el fatídico golpe del 11 septiembre de 1973. En efecto, los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador están sufriendo, desde la puesta en marcha de sus programas populares, una ofensiva en todos los frentes del imperialismo y sus secuaces locales. Intoxicación mediática, paros patronales, desabastecimiento, fomento de la subversión paramilitar, intento de magnicidio y de golpe de Estado, consumado en le caso hondureño y paraguayo, son realidades con las que se tienen que afrontar los gobiernos del ALBA, al igual que la Unidad Popular hace más de 40 años, ante unos enemigos internos y externos que no dejarán nunca que un pueblo consciente implemente medidas que cuestionen sus privilegios e intereses de clase.
40 años han pasado y más aún desde que el Che nos recordaba que "en el imperialismo no se puede confiar ni tantito así". Es nuestro deber, aquí y allá, tomar nota y no bajar nunca la guardia.
Hamaika herri borroka bakarra!
Askapena
Euskal Herriko erakunde internazionalista