Agur, Luis Angel!
(*Jesús Valencia eta Ruben Sánchez)
Se nos marchó Luis Angel en el más discreto de los silencios; quien había sido parco en vida optó por acabarla evitando a todos el trago amargo de las despedidas anticipadas.
Quizá pensaste desaparecer con tu habitual reserva pero, en este caso, no lo conseguiste. Éramos muchos quienes te queríamos y muchos fuimos quienes nos congregamos junto a ti en aquella tarde fría de febrero; amigas y amigos que intercambiamos perplejidades, pesadumbres y elogios; tuvimos como suerte y privilegio el haber conocido a una persona de tu categoría.
Despedida breve y repleta de gestos sustanciales. Los sones rítmicos y armoniosos de la txalaparta nos congregaron a tu alrededor. La ikurriña que envolvía el féretro evocaba tu entrega a una causa con la que te identificaste plenamente; síntesis de una trayectoria en la que tus compromisos de clase y de pueblo se fundieron. Los bertsos que te cantamos elogiaron los rasgos de tu personalidad generosa y humilde. El sentido Agur que te brindamos fue el rito ancestral con el que este pueblo nuestro honra y despide a los suyos. El aplauso espontáneo y colectivo del último momento recogió las muchas vivencias que se agolpaban desordenadas en cada uno de los presentes.
Como miembros de Askapena –los de antes y los de ahora- hemos querido dedicarte esta breve semblanza, amigo internacionalista que acabamos de perder. ¿Quién sabe cómo y cuándo se incorporó Luis Angel a nuestra fascinante tarea? ¿Alguien recuerda los motivos que le indujeron a embarcarse en el internacionalismo? Esta faena nos ayudó a conocernos y en ella fue madurando nuestra amistad. Así descubrimos a un compañero dispuesto a colaborar en las tareas más apremiantes y a cubrir los turnos más incómodos. Puntual a la hora de iniciar el trabajo y absolutamente distendido a la hora de terminarlo. Tan reservado como generoso; tan discreto como abnegado. Sus infinitos turnos en la tienda fueron otros tantos empeños para que la sociedad se asomara al mirador del internacionalismo; ventanilla que nos ha permitido a todos observar el dolor de los oprimidos y la efervescencia alentadora de sus luchas.
También a ti, querido Luis Angel, te encajan como anillo al dedo los versos de Benedetti: “Hay quienes se desmueren/ y hay quienes se desviven/ y así, entre todos logran/ lo que era un imposible/ que todo el mundo sepa/ que el Sur también existe” Te despedimos, Luis Angel, con profunda tristeza y entrañable admiración. Con tu inesperada partida todos hemos perdido un compañero revolucionario. Que para serlo, no es imprescindible la locuacidad sino el compromiso. Y, por lo que a nosotros se refiere, el compromiso internacionalista. Ya lo dijo mucho antes y mejor que nosotros un maestro en esta especialidad, Julio Antonio Mella: “Ningún revolucionario puede dejar de ser internacionalista; dejaría de ser revolucionario”. Te vimos partir convencidos de que habías cubierto con creces la propuesta que nos hizo Che: “Si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, sepa que somos compañeros”.
Hasta la victoria siempre, amigo Luis Angel.
Eta hona bere aldeko be bertso, bere agurrean kantatuak.
Doinua: Juana Bixenta Olabe
Azken agurra, ez da samurra
guztioi trabatzen zaigu zintzurra,
Luis Angel zen mutil bat apala,
jatorra, alaia, zerbitzala,
lanerako fin,
hala oroituko gara zurekin,
lasai ta irribarre batekin!Zauden lekuan, zaudela artista
guk jarraituko dugu zure pista,
mundu bat herri ta pertsonentzat,
berdintasunean guztiontzat,
zure herrira,
begira zazu zure kabira,
zure ametsak gureak dira!