Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) sobre la campaña McCarthyista contra Omar Barghouti

boycott palestinian==en==

PACBI Statement on the McCarthyist Campaign against Omar Barghouti

Occupied Ramallah, 3 May 2009

The impressive growth of the Palestinian civil society campaign for Boycott, Divestment and Sanctions (BDS) against Israel, particularly after its criminal war of aggression on the occupied Gaza Strip, is testimony to the morality and consistency of ordinary citizens and civil society organizations around the world concerned about restoring Palestinian rights and achieving justice for Palestinians.

The most recent achievement of the Israel boycott movement was the adoption of BDS-- nearly by consensus -- by the Scottish Trade Union Congress [1], following the example set by the Congress of South African Trade Unions, COSATU [2] and the Irish Congress of Trade Unions, ICTU [3].

==fr==

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos. Fuente pacbi.org

Ramala ocupada, 3 de mayo de 2009

El impresionante aumento de la campaña de la sociedad civil palestina a favor del boicot, la desinversión y sanciones (BDS) contra Israel, en particular después de su guerra criminal contra la ocupada Gaza, es testimonio de la moralidad y coherencia de las organizaciones de ciudadanos y de la sociedad civil de todo el mundo preocupados por restablecer los derechos palestinos y lograr la justicia para los palestinos.

El logro más reciente del movimiento de boicot a Israel fue a adopción de la campaña BDS (casi por consenso) por parte del Congreso de Sindicatos Escoceses [1], siguiendo el ejemplo del Congreso de Sindicatos Sudafricanos, COSATU [2] y del Congreso Irlandés de Sindicatos, ICTU [3].

==eu==

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos. Fuente pacbi.org

Ramala ocupada, 3 de mayo de 2009

El impresionante aumento de la campaña de la sociedad civil palestina a favor del boicot, la desinversión y sanciones (BDS) contra Israel, en particular después de su guerra criminal contra la ocupada Gaza, es testimonio de la moralidad y coherencia de las organizaciones de ciudadanos y de la sociedad civil de todo el mundo preocupados por restablecer los derechos palestinos y lograr la justicia para los palestinos.

El logro más reciente del movimiento de boicot a Israel fue a adopción de la campaña BDS (casi por consenso) por parte del Congreso de Sindicatos Escoceses [1], siguiendo el ejemplo del Congreso de Sindicatos Sudafricanos, COSATU [2] y del Congreso Irlandés de Sindicatos, ICTU [3].

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Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos. Fuente pacbi.org

Ramala ocupada, 3 de mayo de 2009

El impresionante aumento de la campaña de la sociedad civil palestina a favor del boicot, la desinversión y sanciones (BDS) contra Israel, en particular después de su guerra criminal contra la ocupada Gaza, es testimonio de la moralidad y coherencia de las organizaciones de ciudadanos y de la sociedad civil de todo el mundo preocupados por restablecer los derechos palestinos y lograr la justicia para los palestinos.

El logro más reciente del movimiento de boicot a Israel fue a adopción de la campaña BDS (casi por consenso) por parte del Congreso de Sindicatos Escoceses [1], siguiendo el ejemplo del Congreso de Sindicatos Sudafricanos, COSATU [2] y del Congreso Irlandés de Sindicatos, ICTU [3].

==es==

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos. Fuente pacbi.org

Ramala ocupada, 3 de mayo de 2009

El impresionante aumento de la campaña de la sociedad civil palestina a favor del boicot, la desinversión y sanciones (BDS) contra Israel, en particular después de su guerra criminal contra la ocupada Gaza, es testimonio de la moralidad y coherencia de las organizaciones de ciudadanos y de la sociedad civil de todo el mundo preocupados por restablecer los derechos palestinos y lograr la justicia para los palestinos.

El logro más reciente del movimiento de boicot a Israel fue a adopción de la campaña BDS (casi por consenso) por parte del Congreso de Sindicatos Escoceses [1], siguiendo el ejemplo del Congreso de Sindicatos Sudafricanos, COSATU [2] y del Congreso Irlandés de Sindicatos, ICTU [3].

==es==

Desesperados por no poder detener o siquiera contener la creciente marea de BDS por todo el planeta, los defensores de Israel han recurrido a una vieja táctica en la que parece sobresalir: la caza de brujas y las campañas de calumnias. Un autodenominado y McCarthyista grupo de control académico en Israel ha lanzado una petición exigiendo la expulsión de Omar Barghouti, miembro fundador del la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), de la universidad de Tel Aviv University, donde es alumno de doctorado. La campaña israelí urge a la administración de la universidad a expulsar a Barghouti debido a su papel dirigente en el movimiento de BDS que pide boicotear a Israel y a todas las instituciones que son cómplices de su ocupación y apartheid.

Se ha informado de que hasta la fecha más de 65.000 personas han firmado esta petición de la derecha israelí que describe a Barghouti como una “voz especialmente persuasiva y estridente” contra las políticas coloniales y racistas. Varias columnas de periodistas sionistas en Israel y en Reino Unido, entre otros, han tratado de utilizar la “revelación” de que Barghouti, “matriculado ahora” en una universidad israelí, es contradictorio políticamente al pedir el boicot a todas las instituciones académicas israelíes mientras estudia en una de ellas. Además de la clara falta de honestidad y de la falta de limpieza de estos mismos medios de comunicación al presentar el caso como si Barghouti se acabara de matricular, o se hubiera matriculado hace poco, en una universidad israelí a pesar de que ellos mismos informaron hace años de que ya estaba matriculado entonces [4], los reportajes han mecho unas omisiones palmarias del contexto del apartheid israelí, el criterio aprobado mayoritariamente para el boicot de la PACBI, y el sistema de discriminación racial contra los palestinos originarios en el sistema educativo de Israel.

Aunque la PACBI han estado pidiendo de manera continuada a los académicos del mundo que boicoteen a Israel y a sus instituciones académicas (y culturales) debido a su arraigada connivencia con las políticas coloniales y de apartheid del Estado[5], nunca ha pedido a los ciudadanos palestinos de Israel ni a aquellos que están obligados a llevar documentos de identificación israelíes, como los palestinos residentes en el ocupado Jerusalén, que se abstengan de estudiar y enseñar en esas instituciones israelíes. Esto habría sido una postura absurda dada la completa falta de alternativas disponibles. Los sucesivos gobiernos israelíes, empeñados en suprimir la identidad nacional palestina en su búsqueda por mantener el carácter de Israel como un Estado racista, han hecho todo lo posible para impedir el establecimiento de una Universidad palestina dentro de Israel. Por lo tanto, la única posibilidad que les queda a los alumnos y académicos palestinos en Israel es ir a una universidad israelí o abandonar su tierra para proseguir sus estudios o carreras académicas en el extranjero (lo que a menudo no es posible debido a razones financieras o de otro tipo). De hecho, las autoridades israelíes han trabajado sistemáticamente para despojar de sus documentos de identidad israelíes a los palestinos del ocupado Jerusalén y con ello de sus derechos de residencia mientras están estudiando en el extranjero y, por consiguiente, prohibirles retornar.

Los palestinos en Israel son tratados como ciudadanos de segunda categoría en cada aspecto vital de la vida y está sometidos a un sistema de “discriminación institucional, legal y social” , como ha admitido hasta el informe del Departamento de Estado estadounidense sobre Derechos Humanos [6]. En el campo de la educación esta discriminación es dominante a lo largo todo el sistema, como afirma la siguiente conclusion de un estudio pionero de Human Rights Watch publicado en 2001:

“Las trabas a las que se enfrentan los estudiantes árabes palestinos desde el jardín de infancia a la universidad funcionan como una serie de tamices que tienen unos agujeros cada vez más finos. En cada etapa, el sistema educativo deja fuera una proporción mayor de estudiantes árabes palestinos que judíos. (...) Y, sin embargo, los tribunales de Israel tiene que utilizar ... leyes o principios más generales de igualdad para proteger a los niños árabes palestinos de la discriminación en la educación” [7].

Los palestinos, como cualquier pueblo bajo apartheid y el gobierno colonial, han insistido en sus derechos, incluyendo el derecho a la educación, aunque las únicas posibilidades fueran las instituciones coloniales o de apartheid. Nelson Mandela estudió derecho en la Universidad Witwatersrand de Johannesburg, una de las instituciones del apartheid con peor reputación entonces. De forma similar, los dirigentes de la resistencia anti-colonial en India y Egipto, entre otros muchos países, recibieron su educación en universidades británicas en la época cumbre de la era colonial.

La PACBI siempre ha distinguido entre las formas y ámbito del boicot académico que urge al mundo a adoptar y lo que deben implementar los propios palestinos. En el primer caso se tiene la opción moral de boicotear a las universidades israelíes para hacerlas asumir su responsabilidad por su vergonzosa y multifacética complicidad con la perpetuación de las políticas racistas y de ocupación del Estado; a los segundos no les suele quedar más remedio que utilizar los servicios del Estado opresivo, al que pagan impuestos.

Por último, insistimos en que es precisamente los cinco años de coherencia moral y política de la PACBI y la creciente influencia de sus principios y de las campañas que ella y sus socios han emprendido por todo el mundo lo que ha provocado a las fuerzas sionistas en contra del boicot a tratar, una vez más, de mezclar los viejos ataques que incoherencia, sin entender o ignorando intencionadamente el criterio de boicot establecido por la PACBI. Urgimos a todos los académicos, sindicalistas, figuras culturales y asociaciones a que adopten cuanta forma creativa de BDS les permita su contexto. Esto sigue siendo la forma más eficaz y moralmente contundente de solidaridad con el pueblo palestino en nuestra lucha por la educación, la dignidad, la igualdad y la autodeterminación.

Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI)

PACBI@PACBI.org

www.PACBI.org

 

[1] http://bdsmovement.net/?q=node/376

 

[2] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=271

 

[3] http://www.bdsmovement.net/?q=node/20

 

[4] Véase, por ejemplo: http://www.israel21c.org/bin/en.jsp?enDispWho=Views%5El181&enPage=BlankPage&enDisplay=view&enDispWhat=object&enVersion=0&enZone=Views

 

[5] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=869

 

[6] http://www.state.gov/g/drl/rls/irf/2008/108484.htm

 

[7] Human Rights Watch, “Second Class: Discrimination Against Palestinian Arab Children in Israel's Schools”, septiembre de 2001. http://www.hrw.org/reports/2001/israel2

 

Enlace con el original: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=992

==it==

Desesperados por no poder detener o siquiera contener la creciente marea de BDS por todo el planeta, los defensores de Israel han recurrido a una vieja táctica en la que parece sobresalir: la caza de brujas y las campañas de calumnias. Un autodenominado y McCarthyista grupo de control académico en Israel ha lanzado una petición exigiendo la expulsión de Omar Barghouti, miembro fundador del la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), de la universidad de Tel Aviv University, donde es alumno de doctorado. La campaña israelí urge a la administración de la universidad a expulsar a Barghouti debido a su papel dirigente en el movimiento de BDS que pide boicotear a Israel y a todas las instituciones que son cómplices de su ocupación y apartheid.

Se ha informado de que hasta la fecha más de 65.000 personas han firmado esta petición de la derecha israelí que describe a Barghouti como una “voz especialmente persuasiva y estridente” contra las políticas coloniales y racistas. Varias columnas de periodistas sionistas en Israel y en Reino Unido, entre otros, han tratado de utilizar la “revelación” de que Barghouti, “matriculado ahora” en una universidad israelí, es contradictorio políticamente al pedir el boicot a todas las instituciones académicas israelíes mientras estudia en una de ellas. Además de la clara falta de honestidad y de la falta de limpieza de estos mismos medios de comunicación al presentar el caso como si Barghouti se acabara de matricular, o se hubiera matriculado hace poco, en una universidad israelí a pesar de que ellos mismos informaron hace años de que ya estaba matriculado entonces [4], los reportajes han mecho unas omisiones palmarias del contexto del apartheid israelí, el criterio aprobado mayoritariamente para el boicot de la PACBI, y el sistema de discriminación racial contra los palestinos originarios en el sistema educativo de Israel.

Aunque la PACBI han estado pidiendo de manera continuada a los académicos del mundo que boicoteen a Israel y a sus instituciones académicas (y culturales) debido a su arraigada connivencia con las políticas coloniales y de apartheid del Estado[5], nunca ha pedido a los ciudadanos palestinos de Israel ni a aquellos que están obligados a llevar documentos de identificación israelíes, como los palestinos residentes en el ocupado Jerusalén, que se abstengan de estudiar y enseñar en esas instituciones israelíes. Esto habría sido una postura absurda dada la completa falta de alternativas disponibles. Los sucesivos gobiernos israelíes, empeñados en suprimir la identidad nacional palestina en su búsqueda por mantener el carácter de Israel como un Estado racista, han hecho todo lo posible para impedir el establecimiento de una Universidad palestina dentro de Israel. Por lo tanto, la única posibilidad que les queda a los alumnos y académicos palestinos en Israel es ir a una universidad israelí o abandonar su tierra para proseguir sus estudios o carreras académicas en el extranjero (lo que a menudo no es posible debido a razones financieras o de otro tipo). De hecho, las autoridades israelíes han trabajado sistemáticamente para despojar de sus documentos de identidad israelíes a los palestinos del ocupado Jerusalén y con ello de sus derechos de residencia mientras están estudiando en el extranjero y, por consiguiente, prohibirles retornar.

Los palestinos en Israel son tratados como ciudadanos de segunda categoría en cada aspecto vital de la vida y está sometidos a un sistema de “discriminación institucional, legal y social” , como ha admitido hasta el informe del Departamento de Estado estadounidense sobre Derechos Humanos [6]. En el campo de la educación esta discriminación es dominante a lo largo todo el sistema, como afirma la siguiente conclusion de un estudio pionero de Human Rights Watch publicado en 2001:

“Las trabas a las que se enfrentan los estudiantes árabes palestinos desde el jardín de infancia a la universidad funcionan como una serie de tamices que tienen unos agujeros cada vez más finos. En cada etapa, el sistema educativo deja fuera una proporción mayor de estudiantes árabes palestinos que judíos. (...) Y, sin embargo, los tribunales de Israel tiene que utilizar ... leyes o principios más generales de igualdad para proteger a los niños árabes palestinos de la discriminación en la educación” [7].

Los palestinos, como cualquier pueblo bajo apartheid y el gobierno colonial, han insistido en sus derechos, incluyendo el derecho a la educación, aunque las únicas posibilidades fueran las instituciones coloniales o de apartheid. Nelson Mandela estudió derecho en la Universidad Witwatersrand de Johannesburg, una de las instituciones del apartheid con peor reputación entonces. De forma similar, los dirigentes de la resistencia anti-colonial en India y Egipto, entre otros muchos países, recibieron su educación en universidades británicas en la época cumbre de la era colonial.

La PACBI siempre ha distinguido entre las formas y ámbito del boicot académico que urge al mundo a adoptar y lo que deben implementar los propios palestinos. En el primer caso se tiene la opción moral de boicotear a las universidades israelíes para hacerlas asumir su responsabilidad por su vergonzosa y multifacética complicidad con la perpetuación de las políticas racistas y de ocupación del Estado; a los segundos no les suele quedar más remedio que utilizar los servicios del Estado opresivo, al que pagan impuestos.

Por último, insistimos en que es precisamente los cinco años de coherencia moral y política de la PACBI y la creciente influencia de sus principios y de las campañas que ella y sus socios han emprendido por todo el mundo lo que ha provocado a las fuerzas sionistas en contra del boicot a tratar, una vez más, de mezclar los viejos ataques que incoherencia, sin entender o ignorando intencionadamente el criterio de boicot establecido por la PACBI. Urgimos a todos los académicos, sindicalistas, figuras culturales y asociaciones a que adopten cuanta forma creativa de BDS les permita su contexto. Esto sigue siendo la forma más eficaz y moralmente contundente de solidaridad con el pueblo palestino en nuestra lucha por la educación, la dignidad, la igualdad y la autodeterminación.

Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI)

PACBI@PACBI.org

www.PACBI.org

 

[1] http://bdsmovement.net/?q=node/376

 

[2] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=271

 

[3] http://www.bdsmovement.net/?q=node/20

 

[4] Véase, por ejemplo: http://www.israel21c.org/bin/en.jsp?enDispWho=Views%5El181&enPage=BlankPage&enDisplay=view&enDispWhat=object&enVersion=0&enZone=Views

 

[5] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=869

 

[6] http://www.state.gov/g/drl/rls/irf/2008/108484.htm

 

[7] Human Rights Watch, “Second Class: Discrimination Against Palestinian Arab Children in Israel's Schools”, septiembre de 2001. http://www.hrw.org/reports/2001/israel2

 

Enlace con el original: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=992

==eu==

Desesperados por no poder detener o siquiera contener la creciente marea de BDS por todo el planeta, los defensores de Israel han recurrido a una vieja táctica en la que parece sobresalir: la caza de brujas y las campañas de calumnias. Un autodenominado y McCarthyista grupo de control académico en Israel ha lanzado una petición exigiendo la expulsión de Omar Barghouti, miembro fundador del la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), de la universidad de Tel Aviv University, donde es alumno de doctorado. La campaña israelí urge a la administración de la universidad a expulsar a Barghouti debido a su papel dirigente en el movimiento de BDS que pide boicotear a Israel y a todas las instituciones que son cómplices de su ocupación y apartheid.

Se ha informado de que hasta la fecha más de 65.000 personas han firmado esta petición de la derecha israelí que describe a Barghouti como una “voz especialmente persuasiva y estridente” contra las políticas coloniales y racistas. Varias columnas de periodistas sionistas en Israel y en Reino Unido, entre otros, han tratado de utilizar la “revelación” de que Barghouti, “matriculado ahora” en una universidad israelí, es contradictorio políticamente al pedir el boicot a todas las instituciones académicas israelíes mientras estudia en una de ellas. Además de la clara falta de honestidad y de la falta de limpieza de estos mismos medios de comunicación al presentar el caso como si Barghouti se acabara de matricular, o se hubiera matriculado hace poco, en una universidad israelí a pesar de que ellos mismos informaron hace años de que ya estaba matriculado entonces [4], los reportajes han mecho unas omisiones palmarias del contexto del apartheid israelí, el criterio aprobado mayoritariamente para el boicot de la PACBI, y el sistema de discriminación racial contra los palestinos originarios en el sistema educativo de Israel.

Aunque la PACBI han estado pidiendo de manera continuada a los académicos del mundo que boicoteen a Israel y a sus instituciones académicas (y culturales) debido a su arraigada connivencia con las políticas coloniales y de apartheid del Estado[5], nunca ha pedido a los ciudadanos palestinos de Israel ni a aquellos que están obligados a llevar documentos de identificación israelíes, como los palestinos residentes en el ocupado Jerusalén, que se abstengan de estudiar y enseñar en esas instituciones israelíes. Esto habría sido una postura absurda dada la completa falta de alternativas disponibles. Los sucesivos gobiernos israelíes, empeñados en suprimir la identidad nacional palestina en su búsqueda por mantener el carácter de Israel como un Estado racista, han hecho todo lo posible para impedir el establecimiento de una Universidad palestina dentro de Israel. Por lo tanto, la única posibilidad que les queda a los alumnos y académicos palestinos en Israel es ir a una universidad israelí o abandonar su tierra para proseguir sus estudios o carreras académicas en el extranjero (lo que a menudo no es posible debido a razones financieras o de otro tipo). De hecho, las autoridades israelíes han trabajado sistemáticamente para despojar de sus documentos de identidad israelíes a los palestinos del ocupado Jerusalén y con ello de sus derechos de residencia mientras están estudiando en el extranjero y, por consiguiente, prohibirles retornar.

Los palestinos en Israel son tratados como ciudadanos de segunda categoría en cada aspecto vital de la vida y está sometidos a un sistema de “discriminación institucional, legal y social” , como ha admitido hasta el informe del Departamento de Estado estadounidense sobre Derechos Humanos [6]. En el campo de la educación esta discriminación es dominante a lo largo todo el sistema, como afirma la siguiente conclusion de un estudio pionero de Human Rights Watch publicado en 2001:

“Las trabas a las que se enfrentan los estudiantes árabes palestinos desde el jardín de infancia a la universidad funcionan como una serie de tamices que tienen unos agujeros cada vez más finos. En cada etapa, el sistema educativo deja fuera una proporción mayor de estudiantes árabes palestinos que judíos. (...) Y, sin embargo, los tribunales de Israel tiene que utilizar ... leyes o principios más generales de igualdad para proteger a los niños árabes palestinos de la discriminación en la educación” [7].

Los palestinos, como cualquier pueblo bajo apartheid y el gobierno colonial, han insistido en sus derechos, incluyendo el derecho a la educación, aunque las únicas posibilidades fueran las instituciones coloniales o de apartheid. Nelson Mandela estudió derecho en la Universidad Witwatersrand de Johannesburg, una de las instituciones del apartheid con peor reputación entonces. De forma similar, los dirigentes de la resistencia anti-colonial en India y Egipto, entre otros muchos países, recibieron su educación en universidades británicas en la época cumbre de la era colonial.

La PACBI siempre ha distinguido entre las formas y ámbito del boicot académico que urge al mundo a adoptar y lo que deben implementar los propios palestinos. En el primer caso se tiene la opción moral de boicotear a las universidades israelíes para hacerlas asumir su responsabilidad por su vergonzosa y multifacética complicidad con la perpetuación de las políticas racistas y de ocupación del Estado; a los segundos no les suele quedar más remedio que utilizar los servicios del Estado opresivo, al que pagan impuestos.

Por último, insistimos en que es precisamente los cinco años de coherencia moral y política de la PACBI y la creciente influencia de sus principios y de las campañas que ella y sus socios han emprendido por todo el mundo lo que ha provocado a las fuerzas sionistas en contra del boicot a tratar, una vez más, de mezclar los viejos ataques que incoherencia, sin entender o ignorando intencionadamente el criterio de boicot establecido por la PACBI. Urgimos a todos los académicos, sindicalistas, figuras culturales y asociaciones a que adopten cuanta forma creativa de BDS les permita su contexto. Esto sigue siendo la forma más eficaz y moralmente contundente de solidaridad con el pueblo palestino en nuestra lucha por la educación, la dignidad, la igualdad y la autodeterminación.

Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI)

PACBI@PACBI.org

www.PACBI.org

 

[1] http://bdsmovement.net/?q=node/376

 

[2] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=271

 

[3] http://www.bdsmovement.net/?q=node/20

 

[4] Véase, por ejemplo: http://www.israel21c.org/bin/en.jsp?enDispWho=Views%5El181&enPage=BlankPage&enDisplay=view&enDispWhat=object&enVersion=0&enZone=Views

 

[5] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=869

 

[6] http://www.state.gov/g/drl/rls/irf/2008/108484.htm

 

[7] Human Rights Watch, “Second Class: Discrimination Against Palestinian Arab Children in Israel's Schools”, septiembre de 2001. http://www.hrw.org/reports/2001/israel2

 

Enlace con el original: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=992

==fr==

Desesperados por no poder detener o siquiera contener la creciente marea de BDS por todo el planeta, los defensores de Israel han recurrido a una vieja táctica en la que parece sobresalir: la caza de brujas y las campañas de calumnias. Un autodenominado y McCarthyista grupo de control académico en Israel ha lanzado una petición exigiendo la expulsión de Omar Barghouti, miembro fundador del la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), de la universidad de Tel Aviv University, donde es alumno de doctorado. La campaña israelí urge a la administración de la universidad a expulsar a Barghouti debido a su papel dirigente en el movimiento de BDS que pide boicotear a Israel y a todas las instituciones que son cómplices de su ocupación y apartheid.

Se ha informado de que hasta la fecha más de 65.000 personas han firmado esta petición de la derecha israelí que describe a Barghouti como una “voz especialmente persuasiva y estridente” contra las políticas coloniales y racistas. Varias columnas de periodistas sionistas en Israel y en Reino Unido, entre otros, han tratado de utilizar la “revelación” de que Barghouti, “matriculado ahora” en una universidad israelí, es contradictorio políticamente al pedir el boicot a todas las instituciones académicas israelíes mientras estudia en una de ellas. Además de la clara falta de honestidad y de la falta de limpieza de estos mismos medios de comunicación al presentar el caso como si Barghouti se acabara de matricular, o se hubiera matriculado hace poco, en una universidad israelí a pesar de que ellos mismos informaron hace años de que ya estaba matriculado entonces [4], los reportajes han mecho unas omisiones palmarias del contexto del apartheid israelí, el criterio aprobado mayoritariamente para el boicot de la PACBI, y el sistema de discriminación racial contra los palestinos originarios en el sistema educativo de Israel.

Aunque la PACBI han estado pidiendo de manera continuada a los académicos del mundo que boicoteen a Israel y a sus instituciones académicas (y culturales) debido a su arraigada connivencia con las políticas coloniales y de apartheid del Estado[5], nunca ha pedido a los ciudadanos palestinos de Israel ni a aquellos que están obligados a llevar documentos de identificación israelíes, como los palestinos residentes en el ocupado Jerusalén, que se abstengan de estudiar y enseñar en esas instituciones israelíes. Esto habría sido una postura absurda dada la completa falta de alternativas disponibles. Los sucesivos gobiernos israelíes, empeñados en suprimir la identidad nacional palestina en su búsqueda por mantener el carácter de Israel como un Estado racista, han hecho todo lo posible para impedir el establecimiento de una Universidad palestina dentro de Israel. Por lo tanto, la única posibilidad que les queda a los alumnos y académicos palestinos en Israel es ir a una universidad israelí o abandonar su tierra para proseguir sus estudios o carreras académicas en el extranjero (lo que a menudo no es posible debido a razones financieras o de otro tipo). De hecho, las autoridades israelíes han trabajado sistemáticamente para despojar de sus documentos de identidad israelíes a los palestinos del ocupado Jerusalén y con ello de sus derechos de residencia mientras están estudiando en el extranjero y, por consiguiente, prohibirles retornar.

Los palestinos en Israel son tratados como ciudadanos de segunda categoría en cada aspecto vital de la vida y está sometidos a un sistema de “discriminación institucional, legal y social” , como ha admitido hasta el informe del Departamento de Estado estadounidense sobre Derechos Humanos [6]. En el campo de la educación esta discriminación es dominante a lo largo todo el sistema, como afirma la siguiente conclusion de un estudio pionero de Human Rights Watch publicado en 2001:

“Las trabas a las que se enfrentan los estudiantes árabes palestinos desde el jardín de infancia a la universidad funcionan como una serie de tamices que tienen unos agujeros cada vez más finos. En cada etapa, el sistema educativo deja fuera una proporción mayor de estudiantes árabes palestinos que judíos. (...) Y, sin embargo, los tribunales de Israel tiene que utilizar ... leyes o principios más generales de igualdad para proteger a los niños árabes palestinos de la discriminación en la educación” [7].

Los palestinos, como cualquier pueblo bajo apartheid y el gobierno colonial, han insistido en sus derechos, incluyendo el derecho a la educación, aunque las únicas posibilidades fueran las instituciones coloniales o de apartheid. Nelson Mandela estudió derecho en la Universidad Witwatersrand de Johannesburg, una de las instituciones del apartheid con peor reputación entonces. De forma similar, los dirigentes de la resistencia anti-colonial en India y Egipto, entre otros muchos países, recibieron su educación en universidades británicas en la época cumbre de la era colonial.

La PACBI siempre ha distinguido entre las formas y ámbito del boicot académico que urge al mundo a adoptar y lo que deben implementar los propios palestinos. En el primer caso se tiene la opción moral de boicotear a las universidades israelíes para hacerlas asumir su responsabilidad por su vergonzosa y multifacética complicidad con la perpetuación de las políticas racistas y de ocupación del Estado; a los segundos no les suele quedar más remedio que utilizar los servicios del Estado opresivo, al que pagan impuestos.

Por último, insistimos en que es precisamente los cinco años de coherencia moral y política de la PACBI y la creciente influencia de sus principios y de las campañas que ella y sus socios han emprendido por todo el mundo lo que ha provocado a las fuerzas sionistas en contra del boicot a tratar, una vez más, de mezclar los viejos ataques que incoherencia, sin entender o ignorando intencionadamente el criterio de boicot establecido por la PACBI. Urgimos a todos los académicos, sindicalistas, figuras culturales y asociaciones a que adopten cuanta forma creativa de BDS les permita su contexto. Esto sigue siendo la forma más eficaz y moralmente contundente de solidaridad con el pueblo palestino en nuestra lucha por la educación, la dignidad, la igualdad y la autodeterminación.

Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI)

PACBI@PACBI.org

www.PACBI.org

 

[1] http://bdsmovement.net/?q=node/376

 

[2] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=271

 

[3] http://www.bdsmovement.net/?q=node/20

 

[4] Véase, por ejemplo: http://www.israel21c.org/bin/en.jsp?enDispWho=Views%5El181&enPage=BlankPage&enDisplay=view&enDispWhat=object&enVersion=0&enZone=Views

 

[5] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=869

 

[6] http://www.state.gov/g/drl/rls/irf/2008/108484.htm

 

[7] Human Rights Watch, “Second Class: Discrimination Against Palestinian Arab Children in Israel's Schools”, septiembre de 2001. http://www.hrw.org/reports/2001/israel2

 

Enlace con el original: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=992

==en==

In despair over their evident inability to stop or even hold back the growing tide of BDS across the globe, Israel apologists have resorted to an old tactic at which they seem to excel: witch hunts and smear campaigns. A self-styled McCarthyist academic monitor group in Israel has launched a petition calling for the expulsion of Omar Barghouti, a founding member of the Palestinian Campaign for the Academic and Cultural Boycott of Israel (PACBI), from Tel Aviv University, where he is enrolled as a doctoral student.  The Israeli campaign urges the university administration to expel Barghouti due to his leading role in the BDS movement that calls for boycotting Israel and all institutions complicit in its occupation and apartheid

To date, more than 65,000 persons have reportedly signed this right-wing Israeli petition that depicts Barghouti as an “especially strident and persuasive voice” against Israeli colonial and racist policies. Several media columns by Zionist journalists in Israel and the United Kingdom, among others, have tried to use the “revelation” that Barghouti, “now enrolled” at an Israeli university, is politically inconsistent for calling for the boycott of all Israeli academic institutions while he is a student at one of them. Other than the clear dishonesty and underhandedness of these same media in presenting the case as if Barghouti has just -- or recently -- enrolled in an Israeli university despite themselves having reported years ago that he was already enrolled then [4], the reports have made some glaring omissions about the Israeli apartheid context, the widely endorsed criteria of the PACBI boycott, and the system of racial discrimination in Israel’s educational system against the indigenous Palestinians.

While consistently calling upon academics around the world to boycott Israel and its academic -- and cultural -- institutions due to their entrenched collusion in the state’s colonial and apartheid policies [5], PACBI has never called upon Palestinian citizens of Israel and those who are compelled to carry Israeli identification documents, like Palestinian residents of occupied Jerusalem, to refrain from studying or teaching at those Israeli institutions. That would have been an absurd position, given the complete lack of alternatives available. Successive Israeli governments, committed to suppressing Palestinian national identity in their pursuit of maintaining Israel’s character as a racist state, have made every effort possible to prevent the establishment of a Palestinian university inside Israel. The only choice left to Palestinian students and academics in Israel, then, is to go to an Israeli university or leave their homeland to pursue their studies or academic careers abroad -- often not possible due to financial or other compelling reasons. In fact, the Israeli authorities have consistently worked to strip Palestinians from occupied Jerusalem of their Israeli ID cards and thus their residency rights while they study abroad, thereby prohibiting them from returning.

Palestinians in Israel are treated as second-class citizens in every vital aspect of life and are subjected to a system of “institutional, legal and societal discrimination,” as admitted even in US State Department reports on human rights [6]. In the field of education this discrimination is dominant throughout the system, as the following conclusion from a ground-breaking Human Rights Watch study published in 2001 states:

“The hurdles Palestinian Arab students face from kindergarten to university function like a series of sieves with sequentially finer holes. At each stage, the education system filters out a higher proportion of Palestinian Arab students than Jewish students. ... . And Israel‘s courts have yet to use ... laws or more general principles of equality to protect Palestinian Arab children from discrimination in education.” [7]

Palestinians, like any people under apartheid or colonial rule, have insisted on their rights, including their right to education, even if the only venues available were apartheid or colonial institutions. Nelson Mandela studied law at the Witwatersrand University in Johannesburg, one of the most notorious apartheid institutes then. Similarly, leaders of the anti-colonial resistance movement in India and Egypt, among many other countries, received their education at British universities at the height of the colonial era.

PACBI has always made a distinction between the forms and range of academic boycott it urges the world to adopt and what Palestinians themselves can implement. The former have a moral choice to boycott Israeli universities in order to hold them accountable for their shameful, multifaceted complicity in perpetuating the occupation and racist policies of the state; the latter are often left with no choice but to use the services of the oppressive state, to which they pay taxes.

Finally, we stress that it is precisely PACBI’s five-year-old record of moral and political consistency and the growing influence of its principles and the campaigns it and its partners have waged around the world that have provoked Zionist anti-boycott forces to try, yet again, to rehash old attacks of inconsistency, failing to understand or intentionally and deceptively ignoring the boycott criteria set by PACBI. We urge all academics, academic unions, cultural figures and cultural associations to adopt whatever creative form of BDS their context allows them. This remains the most effective and morally sound form of solidarity with the Palestinian people in our struggle for freedom, dignity, equality and self determination.

Palestinian Campaign for the Academic and Cultural Boycott of Israel (PACBI)
PACBI@PACBI.org
www.PACBI.org


[1] http://bdsmovement.net/?q=node/376
[2] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=271
[3] http://www.bdsmovement.net/?q=node/20  
[4] See for example: http://www.israel21c.org/bin/en.jsp?enDispWho=Views%5El181&enPage=BlankPage&enDisplay=view&enDispWhat=object&enVersion=0&enZone=Views
[5] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=869  
[6] http://www.state.gov/g/drl/rls/irf/2008/108484.htm  
[7] Human Rights Watch, Second Class: Discrimination Against Palestinian Arab Children in Israel‘s Schools, September 2001. http://www.hrw.org/reports/2001/israel2

Posted on 03-05-2009