Otra vez escracharon a Baltasar Garzón en Buenos Aires

Sorpresa y cierta incomodidad demostraron el actual ministro de Defensa de Argentina, Agustín Rossi y el ex senador y actual embajador Daniel Filmus, cuando en la tarde del miércoles se toparon con numerosos militantes de organizaciones sociales y populares de Argentina, que gritaban “Garzón basura, vos sos la dictadura” y les entregaron volantes que describen la verdadera historia del ex juez español.  
Los funcionarios del Gobierno de Cristina Kirchner intentaban entrar, apurados, a la sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), donde Garzón  pronunciaría una conferencia sobre “Presente y futuro de la Justicia Universal”. En esta ocasión, el evento estaba organizado por la Fundación que preside el ex juez, quien estuvo acompañado de  la fiscal de la Audiencia Nacional española (Tribunal de Excepción Franquista), Dolores Delgado. La colega de Garzón es la responsable de la investigación que la Corte Penal Internacional realizó para perseguir al asesinado Muammar Gaddafi, "por sus crímenes en Libia”, según señalara en su momento la fiscal. 

 

En el recinto donde Garzón recibía aplausos y loas de funcionarios kirchneristas e invitados, también se encontraba el anfitrión, secretario general del Sindicato de los porteros argentinos y actual presidente del Partido Justicialista, Víctor Santa María.

 
Convocado por Amig@s del Pueblo Vasco /EHL Argentina, el escrache a Garzón tenía un simple y único objetivo, según contó uno de los manifestantes: “estamos aquí para desenmascarar una vez más el rol que este auténtico camaleón ha jugado como represor de cientos de militantes vascos, catalanes y árabes en España, a quienes la policía y la Guardia Civil española torturaron y golpearon, contando siempre con la cobertura judicial de Garzón”.
 
En la calle, integrantes de EHL desplegaron una pancarta donde se podía leer “Garzón represor, fuera de Argentina”, así como ikurriñas vascas y banderas reclamando la libertad de los presos y presas vascas a los que Garzón mandó uno tras otro a prisión.
 
La céntrica calle Sarmiento, donde está el local de la UMET fue cortada por los manifestantes de EHL, mientras se repetían los cánticos ("Como a los nazis te va a pasar, adonde vayas te iremos a buscar” o “Que papelón, que papelón, aquí aplauden las torturas de Garzón”. “Estas estrofas están dirigidas a quien utiliza el territorio argentino para blanquearse de un pasado que lo perseguirá toda su vida, ya que en él hay numerosas jóvenes violadas o chicos torturados salvajemente, a los que no sólo no les prestó atención sino que los condenó a decenas de años en la cárcel”, afirmó una de las organizadoras de la actividad. También, varios oradores escracharon a Garzón por no respetar la libertad de expresión y haber clausurado varios diarios y revistas en el País Vasco, pero además se recordó que el ex juez colaboró con el gobierno represivo colombiano de Alvaro Uribe Vélez y con el actual gobierno de Juan Manuel Santos, además de ser aliado de la oposición venezolana, lo que le costó un duro ataque del actual presidente Maduro, cuando aún vivía el Comandante Hugo Chávez.  
 
Otro de los manifestantes insistió en "la necesidad de separar a Garzón de la lucha de los 30 mil militantes desaparecidos y asesinados en Argentina, ya que él ensucia sus nombres con sólo invocarlos. Si Garzón hubiera vivido en la Argentina de los 70, con seguridad se hubiera comportado con nuestros compañeros como lo ha hecho con los presos vascos, por eso no podemos menos que condenar el rol que ahora quiere jugar en Argentina, amparado por personas del actual gobierno, que saben esto que decimos, y prefieren mirar para un costado”.
 
El escrache terminó como empezó, con gritos de “Fuera Garzón de Argentina” y las palabras de uno de los oradores afirmando: “Garzón, el pasado no se borra con mentir en el presente”.
Esta no es la primera vez que Garzón recibió muestras de repudio de la militancia argentina. En varias ocasiones, en Buenos Aires, en La Plata y Mar del Plata, el ex juez fue abucheado y se desenmascaró su rol de represor.
 
Garzón y la pista colombiana
 
Un militante colombiano presente en el escrache, señaló que esta semana, el diario "El Espectador” dio cuenta de un affaire protagonizado por el Fiscal General Eduardo Montealegre, quien otorgó "a dedo" jugosos contratos a diferentes personas. Una de ellas es precisamente Garzón, quien a través de su Fundación recibió un equivalente a  290 mil euros para “aportar sus conocimientos acerca de a manera en que se debe juzgar a las organizaciones criminales en el marco de un proceso de paz”. Obviamente, para Garzón, esas “organizaciones criminales” son las guerrillas colombianas.
 
En total, el Fiscal corrupto repartió dos millones de dólares y Garzón fue uno de los que se llevó una de los pedazos más grandes de la tarta. Junto a él figuraban otros conocedores de temas jurídicos y negociaciones de paz, como Alejandro Aponte, Pedro Medellín y Natalia Springer. También recibió una significativa suma la revista 'Semana' para que organizara un Foro sobre paz.