Solidaridad internacionalista con los campesinos y obreros colombianos

Desde Askapena queremos hacer llegar nuestro más firme apoyo internacionalista a los sectores populares colombianos movilizados desde el pasado 19 de agosto en el marco de la Paro Nacional Agrario y Popular.

Una vez más, ante las demandas justas y legítimas de un amplio espectro de las organizaciones populares de este pueblo, ante una masiva movilización en contra del capitalismo neoliberal vigente en este país hermano, el Estado ha puesto en marcha su maquinaria represiva tratando de doblegar las ansias de justicia social del pueblo trabajador colombiano.

No tenemos duda alguna de que a pesar de las detenciones, palizas y multiples formas de violencia que ejerce este Estado guerrero y criminal, el pueblo colombiano seguirá firme, en la calle, luchando por los intereses del campesinado y de las mayorías populares.

Gora Kolonbia!
Hamaika herri borroka bakarra!

Paro Nacional Agrario es  un éxito rotundo, 
200 mil campesinos se han movilizado

Por Mesa Nacional de Interlocución y Acuerdo - MIA / 

Jueves 22 de agosto de 2013
 
Luego de dos sesiones de trabajo los días veinte y veintiuno de agosto de 2013, la MIA nacional agropecuaria y popular, reuniones en las cuales se analizaron las situaciones que se han presentado en los tres días transcurridos del Paro Nacional, presenta las siguientes conclusiones.

1. Contrario a lo que plantea el presidente en los medios masivos y comerciales de comunicación el paro ha sido un éxito rotundo. Cerca de doscientos mil colombianos y colombianas se han movilizado a las carreteras y calles del país para protestar contra las políticas antipopulares del gobierno actual.

2. Que es necesario mantenerse en las acciones de movilización y paro trabajando permanentemente por su fortalecimiento, buscando que nuevas organizaciones, comunidades y sectores sociales se sumen a él.

3. Que se hace necesaria la presencia de delegados de todos los departamentos en la Mesa Nacional para la coordinación y la toma de decisiones.

4. Que es fundamental mejorar la comunicación para la coordinación interna en cada departamento y de estos con la Mesa Nacional.

5. Es urgente, hacer pronunciamientos desde cada departamento, que hagan visible y legítimos tanto el Pliego Nacional como la Mesa Nacional, MIA.

6. Buscar la intervención de la ONU y el CICR, para que intervengan ante el gobierno nacional buscando frenar la violación de los derechos humanos cometidos contra los manifestantes.

7. Realizar una reunión de todos los integrantes de la MIA el día viernes a las ocho de la mañana en Bogotá, para analizar la situación y tomar decisiones con respeto al movimiento. (no debe faltar ningún delegado de ningún departamento).

8. Continuaremos con las gestiones en busca de interlocutores del alto gobierno con el ánimo de concretar la instalación de la Mesa Nacional.

9. Reunirse con la comisión incidental de la Cámara de Representantes con el mismo fin.

10. Participar en las mesas departamentales que se propongan, aprovechando estas reuniones para solicitar garantías y respeto a la movilización, denunciar los atropellos de la fuerza pública y exigir la instalación de la mesa nacional, reiterando en las intervenciones, que nuestro pliego es nacional diferente al de los demás sectores y que debe ser abordado en una mesa nacional.

11. Publicar carta abierta dirigida al Presidente de la República, en la cual se dejen claro los motivos y objetivos del Paro, la legitimidad y legalidad de las acciones de movilización, al igual que la legitimidad de las organizaciones líderes y voceros del movimiento, ratificando en ella nuestra disposición a dialogar para resolver el conflicto.

12. Desarrollar una campaña nacional e internacional de comunicación e incidencia política con el fin de buscar apoyos y aliados que sirvan de garantes y veedores en el desarrollo del paro y en la Mesa de Interlocución y Acuerdos.

13. Mantenemos firme nuestra decisión de permanecer y acrecentar las acciones de movilización y protesta pacífica, hasta tanto se dé un dialogo con el gobierno nacional que permita llegar a acuerdos frente a los puntos planteados en el pliego.

MESA NACIONAL AGROPECUARIA Y POPULAR DE INTERLOCUCIÓN Y ACUERDOS

CIRCULAR #001

Bogotá D.C. Agosto 21 de 2013

Contra la gran minería y extranjerización de la tierra: Por la soberanía nacional y alimentaria!

Contra el abandono estatal y la pobreza: Por la inversión social en el campo y la ciudad.

Por la tierra y el territorio: Contra el despojo!

Viva el Paro Nacional Agrario y Popular!

 

 

Continúan bloqueos en Colombia por paro agrario

Manifestantes enfrentan a la policía antimotines en el retén de un camino en la carretera panamericana, en Piendamo, en el sur de Colombia, 

 21 de agosto de 2013.

BOGOTA, Colombia -- Manifestantes sostenían el miércoles bloqueos en distintos puntos de las carreteras de Colombia, al tiempo que la policía levantaba otros sin que hasta ahora se vislumbre una salida al paro agrario iniciado esta semana.

Los manifestantes mantenían 12 cierres viales que afectaban carreteras en seis departamentos, dijo la policía al final de la jornada. Al menos 98 personas han sido detenidas por obstrucción de vías públicas desde el lunes, cuando comenzó el paro, agregó.

"Hemos tenido, durante el día de hoy (miércoles), varios escenarios de confrontación" entre la fuerza pública y los manifestantes, aseguró en rueda de prensa el director de la policía, general Rodolfo Palomino. En la carretera que comunica Bogotá con la ciudad de Villavicencio se produjo la retención de cuatro policías, que horas después fueron dejados en libertad previa mediación de la Defensoría del Pueblo, agregó.

Unos 88 agentes, según Palomino, han resultado lesionados, "afortunadamente ninguno de gravedad".

En la capital colombiana también se registraron disturbios entre policías y universitarios que dijeron apoyar el paro agrario. Canales de televisión locales mostraron a los estudiantes mientras lanzaban bombas y papas explosivas, mientras que la fuerza pública trataba de disolver las manifestaciones con gases lacrimógenos.

A lo largo del día se produjeron cierres de distintas carreteras en al menos tres departamentos: Cundinamarca y Boyacá, en el centro del país, y Cauca, en el suroeste, cuyas vías ya habían sido despejadas en días anteriores.

Un alcalde, comandantes policiales regionales y un vocero de los gremios en paro confirmaron en entrevistas telefónicas escaramuzas en las que al menos 30 personas —15 de ellas civiles y el resto soldados y policías— resultaron levemente heridas por golpes de piedras y palos e intoxicadas por gases lacrimógenos lanzados por la policía.

El presidente Juan Manuel Santos ha dicho que su gobierno ha entregado una abultada ayuda financiera, casi un billón de pesos (unos 526 millones de dólares), a los caficultores y a otros gremios en lo que va del año, y que hay intereses electorales detrás de la manifestación, porque buscan debilitar su posición antes de los comicios de mayo del 2014.

Productores del sector agrícola y camioneros de carga están en paro indefinido desde el 19 de agosto porque desean negociar con el gobierno un vasto pliego de demandas. Los camioneros piden rebajas de al menos un dólar por galón en el precio del combustible, mientras que los productores de papa exigen la intervención del gobierno para que disminuyan los precios de los abonos y los fertilizantes.


Colombia Resiste - Cuando la leche se amarga

Las condiciones para la explotación de leche de pequeños productores no permite competir con los derivados de este producto que se importan de Europa.

Cuando el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, se dio a la tarea de descalificar el paro agrario, nunca imaginó que las más altas autoridades civiles y eclesiásticas de la Sabana de Bogotá, el antejardín de la Casa de Nariño, harían causa común con los pequeños y medianos productores de leche, en búsqueda de reales soluciones a la difícil encrucijada de ruina en que se encuentran. Pudo más la realidad que se vive día a día en el campo que la campaña de satanización.

En Zipaquirá, Cundinamarca, distante a 45 kilómetros del Distrito Capital, fue el propio Obispo, Monseñor Héctor Cubillos Peña, quien el pasado 19 de agosto, desde la Plaza de los Comuneros conminó al ejecutivo nacional a prestar mayor atención a los hombres y mujeres del sector agrícola, quienes con el sudor de su frente y el trabajo de todos los integrantes de sus familias, desde el más viejo hasta el más joven, garantizan el sustento diario de los colombianos, sostuvo el alto prelado de la iglesia católica.

Por su parte, el alcalde de Zipaquirá, pujante población con un presupuesto superior a los 80.000 millones de pesos, llegó más lejos: reconoció públicamente que las soluciones a tan graves problemas escapan de las manos de las autoridades territoriales. Y aunque refrendó su compromiso de continuar acompañando a los productores de leche, señaló que se trata de políticas de Estado del más alto nivel que seguramente no tuvieron en cuentan los efectos nocivos que acarrearían.

 Más afectados

Y estos no han sido de poca monta, como lo denunciaron con alegría y coraje los cientos de manifestantes que después de la homilía iniciaron una marcha por las principales calles de la población, con participación de delegaciones provenientes de distintas municipalidades sabaneras. La fuerza de la cuenca lechera de Ubaté se la llevaron los mineros. Los de Sopó, Chía, Nemocón y Cogua, entre otras cuencas lecheras, se destacaron por su entusiasmo.

Doña Miriam Sierra, una líder de la parte alta de Zipaquirá que durante los últimos 27 años de su vida se ha dedicado a la actividad lechera, ve con preocupación el derrumbamiento de su patrimonio, y el de su familia, por cuenta de los tratados de libre comercio que vienen inundando el país de lactosueros y leche en polvo, entre otros derivados. Lo más triste es que dichos productos provienen de naciones cuyos gobiernos ofrecen generosos subsidios y asistencia a sus lecheros, algo que en este país no ocurre. En Colombia, se estima que los productores lecheros directos suman 380 mil familias, la inmensa mayoría pequeños o muy pequeños.

De acuerdo con el Departamento Nacional de Estadísticas, Dane, el sector industrial lácteo viene registrando un crecimiento anual del 9%, gracias al uso que le vienen dando a los tratados de libre comercio vigentes. Sin empezarse a ejecutar el TLC con la Unión Europea que arrancó el pasado 1° de agosto, el conglomerado Alpina viene lucrándose con la importación de quesos provenientes de Estados Unidos, sin que ninguna autoridad gubernamental intervenga, pese a que dichos productos en el mercado interno significan la ruina de los productores. Como lo son un par de zapatos chinos frente a otro par de zapatos producidos en el barrio Restrepo de Bogotá.

Y ello no solo afecta la leche o los zapatos. En las grandes superficies ya ofertan, para mencionar el sector cárnico, “hígado nacional: $4.500, libra”, frente a “hígado importado: $3.700”.

En consecuencia, se estima en 12.37% la disminución de los ingresos de los productores lecheros, una auténtica destorcida de sus economías.

Con insumos por la nubes y con asistencia técnica bien precaria por cuenta, entre otras entidades de Fedegan, organismo rector del sector que hasta ahora se ha mostrado más proclive en ponerle el acelerador a los TLC que en asumir la camiseta de los ganaderos, lo cierto del caso es que el futuro de los productores se muestra tan incierto como el de los caficultores, cacaoteros o arroceros, entre otros sectores de la economía primaria.

Tercer día de paro nacional agrario: La protesta social recibe tratamiento militarpor José Antonio Gutiérrez D.    

El narco-gobierno ha violentado toda clase de derechos de los manifestantes durante el Paro Nacional Agrario y Popular, convocado desde el 19 de Agosto.

El gobierno colombiano siempre insiste en que el derecho a la protesta social en Colombia se respeta. Sin embargo, el Paro Nacional Agrario y Popular, convocado desde el 19 de Agosto por las principales organizaciones campesinas del país, junto con sectores como transportistas, salud y mineros, ha recibido un tratamiento militar por parte de las autoridades, que han violentado toda clase de derechos de los manifestantes. Es más, ni siquiera ha recibido la protesta social un trato sencillamente militar: el trato que ha recibido es propio de una situación de guerra sucia.

Tanquetas, helicópteros artillados y desembarco de tropas, sobrevuelo de aviones de guerra, fusiles, perdigones, bombas aturdidoras, gases, bombas caseras con metralla… ese es el arsenal al que se han enfrentado campesinos desarmados, que han salido a marchar presionados por el hambre y las necesidades más básicas insatisfechas, muchas veces de la mano de sus familias. En los departamentos de Caquetá, Meta y Huila se ha llegado, incluso, a que el gobierno ofrezca hasta $10 millones (pesos colombianos) por información para identificar a los líderes del paro, utilizando mecanismos propios de la guerra contrainsurgente.

Oscar Salazar, dirigente del proceso campesino de La Vega (Cauca) y uno de los voceros nombrados por la Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo (MIA), una de las principales instancias convocantes al paro, nos explica el panorama represivo que se vive a nivel de país: 
“Hay una falta absoluta violación a los derechos humanos, estamos ante formas desproporcionadas, absurda, hasta criminales, de violencia en contra de quienes manifiestan su legítimo derecho a la protesta… el ejército lanza desde helicópteros bombas aturdidoras, es muy duro, traen tropas de infantería, tropas del ejército, que disparan de manera indiscriminada… hay una niña víctima de estas agresiones, que le atravesaron el abdomen con un proyectil de un fusil, acá en Cundinamarca… se están usando armas no convencionales, escopetas recargadas con metralla para agredir a los manifestantes… la violencia es totalmente desproporcionada…”

Guerra sucia contra los campesinos en el Cauca: El Cairo y Galindez 

Una situación particularmente grave, es la que se vive en el departamento del Cauca, donde los dos puntos de concentración, en el norte y en el sur del departamento, enfrentan un cerco militar en el cual el ejército y la fuerza pública demuestran su interpretación de la doctrina del “enemigo interno”. En esos dos puntos, en El Cairo (Cajibío), y en El Pilón, corregimiento de Galindez (Patía) se está cercando militarmente a los campesinos, mientras se les agrede, se les queman los cambuches que han improvisado, los soldados les roban los alimentos y les botan el agua.

Según explica Lisette Montero, de la Red de Derechos Humanos del Suroccidente Colombiano “Francisco Isaías Cifuentes”, la situación es incluso más grave que un tratamiento militar, porque se están violentando principios básicos aún en tiempo de guerra, como ser la “negación de corredores humanitarias, y el mantenimiento de condiciones mínimas de las personas, se les está haciendo pasar hambre y se les está privando de acceso a la salud… en el sector del Cairo incluso tuvimos un ataque contra una misión médica, porque el ESMAD no permitió que se evacuara a los heridos”. En esa ocasión, según informa un comunicado de la mencionada Red, una misión humanitaria integrada, entre otros, por miembros de la defensoría del pueblo, fueron repelidos por ESMAD y ejército con bombas de aturdimiento.

En El Cairo (Cajibío), se encuentran congregados unos 2.000 campesinos, que están siendo violentados por unos 600 efectivos, fuerzas combinadas del Ejército, Policía Nacional, Policía Militar, ESMAD y 10 tanquetas. Aparte de los sobrevuelos constantes y ataques desde helicópteros. Logramos hablar con un dirigente de los campesinos que están acorralados, y su testimonio es dramático:

“Tenemos aproximadamente 13.000 personas movilizadas en el Cauca, unos en el sur del departamento, otros en el norte... estamos sufriendo en estos mismos momentos de un cerco militar, la defensoría del pueblo ha hecho presencia pero la fuerza pública no permite siquiera que haya salida de la gente, nos amenazan que nos van a capturar, tenemos 2.000 campesinos en esta situación de zozobra… En el sur tenemos unos 7.000 campesinos en un hueco, mientras la fuerza pública está avanzando, tanto en el sur como en el norte, no nos dejan pasar alimentos, lo mismo pasa en el sur del Cauca los compañeros piden auxilio pero no saben qué hacer, es muy grave la situación”.

Tan grave es la situación, que el gobierno ha llegado incluso a judicializar a dos heridos, Juan Pablo Bueno y un mayor de edad, Eusebio Ulcué, heridos durante la represión de ayer, 20 de Agosto, en El Cairo. Nos aclara Lisette Montero, sobre la represión en El Cairo, que “en estos momentos tenemos un herido por arma de fuego, Andrés Guachetá, herido en el pie. También hay otros cinco heridos a causa del uso de gases y armas no convencionales, granadas con grapas, y otras que se están arrojando contra la población campesina. También tenemos cuatro detenidos, incluido un menor de edad, Carlos Andrés Giraldo, del municipio Corinto, que no sabemos dónde lo tienen… está desaparecido, lo que es una situación muy angustiante”.
Los campesinos no dudan en señalar a los oficiales Julio Pinzón Arévalo, comandante de la XXIX Brigada del Ejército, y Ricardo Alarcón Campos, comandante de la Policía en el Dpto. de Cauca, de ser los responsables materiales directos de estas agresiones y abusos. 

En el punto de concentración sur, en El Pilón (Galindez, Patía), también se han reportado ataques contra los manifestantes con fusil, bombas de aturdimiento, armas de fragmentación y perdigones, por parte del ESMAD y el Batallón de Alta Montaña No. IV "General Benjamín Herrera Cortez" del ejército. Como consecuencia de estas agresiones, se han dado los siguientes heridos de gravedad: Eiver Bolaños, herido de un impacto de bala en el pie, Diógenes Enríquez, herido en el cuello, Nestor Timana, herido en el cráneo, cuello y brazo, Marino Díaz, herido en la pierna y Apolinar Montero, herido en la espalda. También hay 22 detenidos en el sur del Cauca, y un número no determinado de personas agredidas y golpeadas por la fuerza pulica. Según Lisette Montero, “no hay garantías para la protesta en ninguno de los puntos de concentración en el departamento”.

Pese a la aplicación de una violencia desmedida y de métodos terroristas por parte de las fuerzas del Estado, la justicia de las demandas de los campesinos los mantiene firmes y resueltos a seguir en su lucha. “Los campesinos están replegados en estos momentos”, nos comenta el dirigente campesino del Cairo, “están en asamblea tomando decisiones, la gente está con ánimo y con la fuerza pues por la justeza de las exigencias que tenemos, así vamos a seguir la movilización, pero estamos cercados militarmente, entonces nos toca ver la correlación de fuerzas y evaluar la manera de seguir adelante”.

Unidad nacional del movimiento: garantía para la victoria

Montero ratifica la resolución del campesinado: “La definición de la gente es de mantenerse y seguir en paro hasta que se tengan los resultados a nivel nacional… la gente sigue con la decisión firme de participar en la jornada, pese a la represión, estamos trabajando la unidad a nivel de las coordinaciones nacionales para que haya más participación, hay perspectivas positivas para los próximos días”.

Ese es el factor clave: en medio de los pliegos regionales y departamentales, y de las dinámicas locales de cada proceso, no debe perderse de vista que es una lucha nacional, que debe darse de manera unitaria, sin ánimos mezquinos, que es lo que intenta cultivar el gobierno para así dividir al movimiento y reducir la protesta a la impotencia. Oscar Salazar se refiere a este tema, aclarando que:

“El gobierno está utilizando la táctica de negociar con unos y no con otros de hace varias semanas, para fortalecerse utilizando a los movimientos que buscan prebendas particulares, en lugar de demostrar la unidad del conjunto… el gobierno da oportunidades para que se ganen prebendas y así ir cooptando... a nosotros mismos nos llegó con esos señuelos, prometiendo que nos darían plata, pero nosotros dijimos que no, que esto es un problema de todos, que tenemos una mesa nacional para negociar el conflicto y como tal tenemos que operar. Tenemos un pliego nacional, tenemos un espacio de coordinación con los otros procesos en la movilización nacional, esperamos así que podamos coordinar las acciones y esperamos que todos los procesos fortalezcan sus acciones para negociar con el gobierno nacional de manera conjunta”.

A pesar de la violencia oficial que hemos presenciado en Boyacá, Cundinamarca, Valle del Cauca, Nordeste Antioqueño, Cauca, etc., así como del bloqueo de los medios de información oficiales, la protesta sigue: “La represión ha sido brutal”, nos explica Salazar, “pero aquí estamos. Hay 24 departamentos que han acogido las diferentes convocatorias en el marco de este paro nacional agrario y popular… nosotros como MIA, tenemos acciones en 17 departamentos, con unos 50 puntos de concentración en todo el país, hemos llegado a tener alrededor de 12 puntos de bloqueos nosotros solos… se mantienen sistemáticamente 6, porque la represión ha sido brutal”. En total, sumando a todas las expresiones convocantes a este paro (incluyendo a los camioneros, al Coordinador Nacional Agrario, etc.), según la policía, se sostienen un total de 18 los bloqueos en ocho departamentos. Según cifras oficiales de la policía, se trataría de 30.000 manifestantes, pero en total, el número de personas que participarían del paro, según la prensa oficial, podría ascender a 200.000 personas , cifra que no se ha podido concentrar debido a la violenta represión que mantiene a los grupos dispersos.

La respuesta violenta del Estado a una movilización social pacífica pone en entredicho las credenciales democráticas de las que el gobierno colombiano presume, particularmente en momentos en que se negocia un acuerdo de paz con la insurgencia. Salazar nos dice de manera enfática al terminar nuestra conversación que “la injusticia social es lo que causa toda esta violencia en Colombia, porque los campesinos se manifiestan con sus manos vacías… las políticas del gobierno son violentas e injustas. No hay de momento ninguna voluntad de diálogo”. Es preciso juntar manos y esfuerzos, apoyar este paro, no ceder al miedo ni a la violencia del Estado, materializar la indignación en acciones solidarias concretas. ¡Viva el paro agrario y popular.

PARO NACIONAL AGRARIO

Llamamiento a la solidaridad nacional e internacional

 21 Agosto 2013 

En el marco del Paro Nacional Agrario y Popular convocado por la Mesa de Interlocución y Acuerdo Agropecuaria y Popular Nacional (MIA-Nacional) las comunidades minero, campesinas e indigenas del Nordeste Antioqueño se han venido movilizando fuertemente los últimos días en Segovia, Antioquia a pesar de la represión estatal que impide el derecho constitucional a la protesta social y con el agravante de haber instalado un Refugio Humanitario en el Coliseo Municipal de Segovia con niñas y niños junto a adultos mayores y mujeres embarazadas. El uso desmedido de la fuerza a causado varios heridos entre esos campesinos con heridas de bala que han tenido que ser traslados de manera urgente hacia Medellín.

Las comunidades minero campesinas del Nordeste Antioqueño venimos reclamando nuestro pliego regional (derivado del pliego nacional) pero desafortunadamente no hemos sido escuchados[i]

Reiteramos nuestro llamado solidario para convocar e invitar a todos nuestros amigos, compañeros y contrapartes – tanto en Colombia como en el resto del mundo - a sacar adelante las siguientes iniciativas:

· Actos de solidaridad con la justas reivindicaciones de las comunidades minero campesinas del nordeste antioqueño
· Mensajes de apoyo y/o respaldo a las comunidades minero campesinas del Nordeste Antioqueño.
· Pronunciamientos de personas y/o organizaciones respecto a la situación de las comunidades minero campesinas del Nordeste Antioqueño.

Por la vida y contra el desarraigo.
Viva el Paro Nacional Agropecuario y Popular
Comunidades Minero Campesinas del Nordeste Antioqueño construyendo y contribuyendo al cambio social, por la vida digna en nuestro territorio.

Reporte gráfico de la movilización en el Cauca

“El TLC con EEUU arruinó a los trabajadores colombianos”

 8/20/13 • en Contrainjerencia

El aumento desenfrenado de las importaciones y el manejo de la producción e inversión subordinado al Tratado de Libre Comercio (TLC), mantiene arruinados a los campesinos, mineros, camioneros, gremios productivos y hasta cafeteros en Colombia. Esta es la principal causa por la cual han decidido paralizar sus labores para exigir sus reivindicaciones al Gobierno nacional.

Así lo evaluó el reconocido periodista y sociólogo colombiano, Alfredo Molano Bravo, quien destacó que detrás del paro existe un grupo de campesinos que están en “bancarrota” por la competencia que les han generado las importaciones y las desventajas a las que están sometidos por el mencionado acuerdo comercial.

Afirmó que en la actualidad el Gobierno colombiano importa carne, pollo, leche café, arroz, maíz y esta situación mantiene arruinados a los trabajadores del agro, porque no pueden sostener la competencia. Igualmente, subrayó que aún cuando en las protestas participan líderes de múltiples sectores económicos, converge una oposición colectiva ante el TLC.

En exclusiva para el programa Cruce de Palabras del canal internacional teleSUR, el periodista comentó que en Colombia existe una realidad bastante movida en la que miles de personas han salido a las calles a protestar en una jornada nacional. Dijo que apenas es que la situación comienza y las jornadas de protesta pueden tornarse más fuertes.

Molano mencionó que las protestas están siendo apoyadas y convocadas por sectores políticos de izquierda del país, a través de organizaciones como Marcha Patriótica, Polo Democrática y sectores liberales de izquierda. Precisó que estos grupos están movilizando a la gente para hacer un llamado a la justa protesta y enfrentar las medidas represivas del Gobierno.

Con relación a las estigmatizaciones que han hecho algunos sectores en cuanto a estas movilizaciones, donde se asegura que la guerrilla colombiana está detrás de estas marchas, el periodista reconoció que existe una “influencia formidable” de este grupo militar.

Sin embargo, explicó que estos sectores vinculados no están impidiendo las movilizaciones ni tampoco azuzándolas, pues -a su juicio- esta es la imagen que el Ejercito y algunos sectores del gobierno han querido dejar al respecto.
Por otro lado, informó que en algunos sectores continúan las movilizaciones y el Ejercito se ha encargado de mantener vías paralizadas, por lo que los campesinos han tenido que buscar otras vías alternas.

Peticiones

Para el periodista colombiano, el Gobierno puede aportar soluciones y dialogar tal y como lo está haciendo actualmente en La Habana (capital cubana). “Los campesinos están pidiendo subsidios. Ellos quieren subsidios para poder competir en igualdad de condiciones. El Gobierno puede hacer subsidios bajando las tasas de interés” dijo.

De igual forma, destacó los tratados de libre comercio son renegociables, por lo que -según sus palabras- el Gobierno puede buscar la manera de darle subsidios a los diversos sectores que están solicitado.

Crisis en sector salud y desempleo

En las regiones se siente un gran descontento, no solo por el problema agrario y productivo, sino por el problema de la salud pública, la escolaridad y el desempleo. Para Molano existe una opinión pública que ha salido a la calle para protestar porque no consigue respuesta a estas situaciones. Aseguró que el proyecto de la prosperidad que propuso Juan Manuel Santos ha sido inconsecuente.

“El Gobierno no ha echado raíces. No hay cambio flexible que la población diga que puede acreditar. Se evidencia en el problema de la salud y el desempleo. En un 30 por ciento de la población está en rebusque” acotó.
Para finalizar, abogó porque la administración de Juan Manuel Santos busque solucionar los problemas a estos sectores que solo están pidiendo sus reivindicaciones. Calificó como justas estas protestas, porque -a su juicio- el Estado debe cumplir con su deber.

No obstante, alertó que en 24 horas todo el panorama puede cambiar y aunque dijo ser optimista, el periodista advirtió que puede haber un desangre muy grave, tomando como referencia los hechos registrados en el Catatumbo, donde cuatro personas resultaron muertas por funcionarios de la fuerza pública colombiana.

Indicó que si el desenlace es sangriento la investidura de Juan Manuel Santos pudiera verse afectada y con poca reputación para una posible reelección presidencial, debido a que “existe una oposición radical que ligada a paramilitar apuesta por que estos hechos sucedan”.

AL MANAR