"...Por mi parte os digo que no corro apenas peligro, el enemigo no puede apenas llegar, son verdaderos territorios liberados los que tenemos, donde la vida se hace libertad, se hace revolución, donde las relaciones van cambiando, donde hay un objetivo; llegar al poder.
Que manden los obreros, los campesinos, todos a los que han querido pisotear, humillar. Todos los que han sido brutalmente asesinados".
Extracto de la última carta enviada a su familia, desde la selva donde militaba en la guerrilla.
Nacido en Euskal Herria (País Vasco), comprometido con ETA, hace suya la lucha de los pueblos centroamericanos y muere en El Salvador el 30 de setiembre de 1984.
Natural de la localidad guipuzcoana de Arrasate (Mondragón), procedía de una saga de jugadores de pelota vasca de renombre.
Pakito es el primogénito de los tres hijos de Kristina y Pako, intendente de frontón de la empresa Eskulari en sus últimos años de vida. Ya fallecido, Pako Arriaran no dudaba en afirmar que "a Pakito el genio le venía de familia". Su carácter independiente se percibe en él desde niño, desde sus tiempos de escuela en San Viator y el curso de COU en el Instituto de Oñati que le abocarán a la Facultad de Derecho en Donostia (San Sebastián) en el año 1973.
"No sé si se lo tomó demasiado en serio, indica su madre, creo que para entonces estaba ya metido en ETA. Venía a casa los fines de semana, pero desde que fue a Donostia hasta su muerte sus estancias aquí eran esporádicas: algún mes, algún año, pero siempre interrumpido o por las detenciones o el servicio militar. Después vino el exilio en Iparralde (País Vasco norte, bajo dominación francesa) y luego Latinoamérica y Centroamérica".