Tras el proceso de refundación del movimiento de liberación nacional corso que desembocó en la creación de Corsica Libera en febrero del 2009, la lucha del pueblo corso entró en una nueva fase histórica dejando atrás desencuentros y tensiones en el seno del movimiento al apostar por un proyecto inclusivo al servicio de los genuinos intereses populares de este pueblo isleño.
Esta nueva apuesta independentista donde se articulan reivindicaciones nacionales, culturales, lingüísticas, ecológicas y sociales, dejó claro, a su vez, un apoyo incondicional a todas las formas de luchas y a los prisioneros políticos corsos, dispersados ellos también a lo largo y ancho del estado francés.
Así es como la lucha anti represiva, de defensa de los derechos de las y los presos políticos corsos, constituye uno de los pilares centrales de este nuevo proyecto estratégico que recabó en las últimas elecciones territoriales de marzo del 2010 un considerable apoyo popular (10%), demostrando así su acertada reformulación organizativa y programática.