*El texto fue leído por él mismo en su ongi-etorri junto a los jóvenes gasteiztarras Nestor y Unai. Un ongi-etorri muy numeroso, tras el cual hubo una cena popular. Se recordaron a los familiares de los 43 presos políticos de Gasteiz.
A partir del momento que aporrean o astillan la puerta de tu casa y luego cuando los portones van golpeando al cerrar uno tras otro detrás de uno, cuando sus normas institucionales y las arbitrarias decisiones de carceleros te agobian en los corredores, cuando el aburrimiento se estanca durante la noche y el tiempo no pasa sin parar de pasar; entonces es cuando el compañero preso político te ofrece llevar la carga conjuntamente, y abre la ventana oculta en un muro para recordarte cómo en las calles y plazas de pueblos y ciudades de Euskal Herria vosotros estáis pisando fuerte, avanzando, tomando decisiones, actuando sin parar, ni prohibir, ni normar, ni llevar a ningún redil.
A veces nos cuesta recibir el hombro del compañero como también nos cuesta recibir todo el apoyo de las personas que viajáis cada fin de semana y también de las que os quedáis guardando la retaguardia. No hemos aprendido esto a tiempo ni lo suficiente.
Podemos y debemos realizar este aprendizaje previamente y por si acaso. No debemos tener miedo ni temer espantar a la gente con ello. Debemos formarnos a tiempo y bien porque se lo debemos a los compañeros y compañeras que están y siguen allá dentro y también os lo debemos a vosotros y vosotras, que viajáis cada fin de semana por la Piel de Toro o a través de la Republique, que seguís y seguís avanzando en las calles de Euskal Herria hacia la libertad.