Ekaitz Arrieta, militante de Askapena
“América Latina y el Ecuador no están viviendo una época de cambios, están viviendo un verdadero cambio de época” tal fue la sentencia pronunciada por Rafael Correa, el 15 septiembre del 2007, en su discurso de toma de posesión como flamante presidente electo del Ecuador. Dicha caracterización de la nueva fase política abierta en Latinoamérica con la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 y reforzada por la victoria de Evo Morales en Bolivia en el 2005 subraya acertadamente el carácter estructural del proceso de transformación socioeconómico (Socialismo del Siglo XXI), político (proceso constituyente, refundación del Estado, democracia participativa) y cultural (anticolonialismo) en marcha en estos países latinoamericanos. Sin embargo, según algunos, la reciente intentona golpista sufrida por el presidente ecuatoriano refutaría parcialmente esta tesis ya que, al remitir a estrategias del pasado, evidenciaría los limites existentes en los cambios conquistados en la región mientras que, para otros, refutaría totalmente la tesis inicial en la medida en que la persistencia del golpismo explicitaría la imposibilidad de un cambio debido a la existencia de aspectos y valores intrínsecos, inamovibles, en determinados pueblos. Para nosotras, en cambio, los recientes acontecimientos no contradicen de ningún modo la caracterización transformadora del proceso bolivariano. Al contrario, lo corroboran. Si para algunos no lo hace es, en el mejor de los casos, debido a un desconocimiento empírico de la situación abierta en Latinoamérica, y en el peor, a errores en las bases teóricas movilizadas para analizarlo.